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La soledad

La soledad

La soledad
  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2007
  • Dirección: Jaime Rosales
Dirección: Jaime Rosales
Intérpretes: Sonia Almarcha, Petra Martínez, Miriam Correa, Nuria Mencía, María Bazán, Carmen Gutiérrez, Luis Bermejo, Juan Margallo, Jesús Cracio, Luis Villanueva, José Luis Torrijo.
Guión: Jaime Rosales, Enric Rufas
Fotografía: Oscar Durán
Distribuye en Cine: Wanda
Duración: 130 min.
Género: Drama

Dos mujeres 

    En Las horas del día, su debut como director, Jaime Rosales contaba con inusitada naturalidad la rutina del dueño de una tienda de ropa que resulta ser un asesino en serie. Su siguiente película está rodada con el mismo estilo, parecido al documental, aunque esta vez sus personajes son más normales, pues se centra en dos madres de familia, Adela y Antonia. 

    Adela es bastante joven, tiene un niño de un año y se acaba de separar de su marido, que no sólo no le paga la pensión, sino que encima le pide dinero prestado. Decide abandonar su pueblo leonés, para probar fortuna en Madrid. Allí compartirá piso con Carlos e Inés, un agradable matrimonio. Un suceso inesperado destrozará su vida. 

    Por contra, Antonia es mayor que Adela, regenta un pequeño supermercado y tiene tres hijas que superan la treintena. Una de ellas, Inés, es la compañera de piso de la citada Adela. Hace tiempo que Antonia enviudó, y ahora ha iniciado una relación con Manolo, un tipo de lo más jovial. Como ambos van a irse a vivir juntos, Antonia decide vender su piso de toda la vida, aconsejada por una hija que necesita que le preste dinero para comprarse un apartamento en la playa. Esto provocará un enfrentamiento familiar. 

    Rosales se reafirma como un cineasta con voz propia, que se apoya en la utilización del fuera de campo, los silencios y la cámara fija. Esta vez usa un curioso recurso que consiste en partir la pantalla en dos, para mostrar sendas partes de la misma casa, por donde va pasando el mismo personaje, dos ángulos distintos del mismo lugar o incluso dos acciones paralelas. 

    Su cine recuerda en cierta medida al inolvidable Robert Bresson, pues se detiene bastante tiempo en situaciones aparentemente insignificantes, como un personaje planchando, una mujer secándose en el baño, logrando una inusitada sensación de realismo e imágenes de gran valor costumbrista, que sin embargo alargan el film, y pueden llegar a agotar a los amantes del cine más convencional. 

    Rosales se distingue asímismo por su extremada frialdad. Acontecimientos durísimos, como el que afecta a Adela, que en manos de otros realizadores estarían contados con tremenda intensidad dramática, en esta película se ven desde fuera, e implican poco al espectador. Todo esto no enturbia las valiosas interpretaciones naturalistas de los actores, que parecen estar improvisando en todo momento y se expresan como gente corriente. 

    En un panorama cinematográfico español mediocre, destaca el cine contracorriente de Rosales, que afronta sin tapujos el sufrimiento ante la enfermedad y la violencia irracional, y la incomunicación del hombre, que lleva inexorablemente a la soledad, que da título al film. Sus personajes cotidianos, todos marcados por el desconcierto vital, tienen tres dimensiones. La película no se posiciona ni a favor ni en contra de ellos, pero a pesar de su austeridad, parece mostrarse optimista en cierta medida, en cuanto a la posibilidad humana de sobreponerse a la adversidad. 

    "La soledad" es una película contemplativa y por eso en algún tramo excesivamente lenta. También es triste, más por el tema que por el planteamiento, pues no siendo desesperanzado, está falto de una apertura más clara a la trascendencia, que la propia narración pide a gritos. Hay una mirada optimista sobre el ser humano y su capacidad de "resurgir", especialmente cuando cuenta con el apoyo de la familia, que, a pesar de los pesares, se muestra como el mejor antídoto frente a la soledad (decine21 / Aceprensa / Almudí)