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La odisea de Alice

La odisea de Alice

Fidelio, l'odyssée d'Alice
  • Drama
  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Desaconsejable
  • Año: 2015
  • Dirección: Lucie Borleteau

Contenidos:  Imágenes (varias X), Diálogos (varios D)

Dirección: Lucie Borleteau

País: Francia
Año: 2014
Duración: 97 min.
Género:Drama

Música: Thomas De Pourquery
Fotografía: Simon Beaufils
Estreno en España: 25-12-2015

Reparto:Ariane LabedMelvil PoupaudAnders Danielsen LiePascal TagnatiJean-Louis Coulloc'hNathanaël MaïniBogdan Zamfir,Manuel RamirezIreneo San AndresMarc-Antoine VaugeoisCorneliu DragomirescuThomas ScimecaMarlo AznarMeljay Sap

Reseña: 

La protagonista de la historia es Alice, una marinera que deja a su pareja en tierra y se enrola como ingeniera en un viejo carguero llamado Fidelio. A bordo descubrirá que está allí para sustituir a un hombre que acaba de morir y que Gaël, su primer gran amor, capitanea el buque. En su camarote, Alice encuentra un diario que pertenecía a su fallecido predecesor. La lectura de sus notas resuena extrañamente durante su travesía. En medio de una tripulación íntegramente masculina y sacudida por sus dudas amorosas, Alice está expuesta a la felicidad de todos los que viven al día y tratan de mantener el rumbo.

La autora de La odisea de Alice utiliza muchos símbolos, y referencias, pues por ejemplo, el barco de la protagonista se llama Fidelio, como la mujer que se hacía pasar por hombre, por amor, en la única ópera compuesta por Beethoven. El relato conecta sobre todo con la obra de Marguerite Duras, por sus altas dosis de erotismo, mientras que las palabras escritas por el fallecido, que aparecen en off, están escritas con el estilo de la responsable de "El marinero de Gibraltar", uno de los volúmenes que se muestran en pantalla.

La odisea de Alice constata que en el actual contexto de crisis moral, están igual de perdidas las mujeres que los hombres, pero acaba resultando más ligera de lo que se pretendía. Además, la realización resulta bastante plana, muy poco imaginativa, como si la directora estuviera convencida de que las bonitas palabras que acompañan a las imágenes fueran suficientes para encandilar al público, en lugar de agotarle.