Dirección: Neil Jordan
Intérpretes: Jodie Foster, Terrence Howard, Naveen Andrews, Mary Steenburgen, Jane Adams, Nicky Katt, Zoe Kravitz.
Guión: Roderick Taylor, Bruce A. Taylor, Cynthia Mort
Música: Dario Marianelli
Fotografía: Philippe Rousselot
Distribuye en Cine: Warner
Duración: 119 min.
Género: Drama, Thriller
Justicia
Erica es una locutora de radio que parece tenerlo todo para ser feliz. Disfruta de su ciudad, Nueva York, de la que habla con pasión en su programa. Está felizmente prometida con el hombre al que ama, y hacen preparativos de boda. Pero todo se hace trizas en una fatídica noche en que salen a pasear con el perro al parque. Un brutal asalto tiene como consecuencias la muerte del novio y graves heridas y secuelas en Erica. Una vez de regreso a casa, Erica va a descubrir a "la extraña que tiene dentro".
Es como si se le hubiera terminado el amor, y ocuparan ahora su puesto un miedo terrible, al que sigue el deseo de hacer justicia por cuenta propia. Sobre todo cuando advierte la burocracia fría de las dependencias policiales. Sólo encontrará algo distinto en Mercer, un concienzudo policía, frustrado porque no logra la condena del hombre que sabe culpable de cierto delito.
El tema del hombre corriente, cuya vida se ve literalmente rota por un crimen, y que decide vengarse al margen de la ley, no es nuevo en el cine. Charles Bronson actuaba por su cuenta y riesgo en El justiciero de la ciudad en los 70, y Michael Douglas era un juez harto de lagunas legales en Los jueces de la ley, o un ciudadano con una gran carga de frustración en Un día de furia.
En esta línea Jodie Foster hace una composición muy meritoria de mujer frágil y endurecida, en cuyo interior bullen cantidad de sentimientos contradictorios, desde el amor por su novio muerto, cada vez menos iluminador, a las charlas terapéuticas con el policía, pasando por sus actuaciones llenas de violencia y rabia, que le labran una leyenda de anónima justiciera urbana; el momento del primer programa de radio tras el asalto es memorable.
También habla del vacío que embarga a Erica el colgante de su amado, que lleva al cuello como recuerdo, y cuya cruz, símbolo del perdón de Jesucristo, no parece significar nada para ella; esto habla muy a las claras de cómo cuando a esta mujer le arrebatan al que iba a ser su marido, no le queda adónde agarrarse, carece de un sentido religioso de la existencia.
El irlandés Neil Jordan maneja bien su historia, y plantea dilemas morales; pero lo cierto es que no ofrece soluciones, en ese sentido resulta desolador, pues el sistema no funciona a la hora de aplicar justicia, y se ignora el perdón. El guión pivota alrededor de dos personajes, Erica y Mercer, con sus puntos de contacto y dualidades -ella enamorada, él divorciado; ella al margen de la ley, él haciendo lo correcto, ambos solos y con problemas para conciliar el sueño...- y sus referentes éticos; y permite mostrar las opiniones de la gente corriente -razonables y extremas- en un programa de radio.
Hay además un buen uso de los recursos visuales -esos ángulos inclinados de cámara en su primera salida a la calle tras el asalto, los fuera de foco...-, conjuntados con el sonido urbano -el metro, el tráfico...-. Se trata de un aplicado cine, en la línea de lo que solía hacer Sidney Lumet en los 70 y 80, cuando los estudios demostraban mayor conciencia social en sus tramas.
Neil Jordan es, sin duda, un director excelente y su maestría plástica es innegable en La extraña que hay en ti. Lo que más sorprende es verle firmar una historia de violencia que disimula tan poco su intencionalidad. Imágenes: 11:01 a 11:35; 18:40 a 19:20. La película está bien hecha pero, aparte de inverosimil, es una justificación increible de tomarse la venganza por la mano, con la connivencia de la policia. Penoso.(Filasiete / decine21 / Almudí SC-JD)