Contenidos (narración de un adulterio F)
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aquí Dirección: Jacques Rivette
Intérpretes: Jeanne Balibar, Guillaume Depardieu, Michel Piccoli, Bulle Ogier, Anne Cantineau, Mathias Jung,
Barbet Schroeder, Julie Judd.
Guión: Pascal Bonitzer, Christine Laurent, Jacques Rivette
Música: Pierre Allio
Fotografía: William Lubtchansky
Distribuye en Cine: Baditri
Duración: 137 min.
Género: Drama, Romántico
Con el amor no se juega Adaptación de la novela homónima de Honoré de Balzac, a cargo de uno de los grandes cineastas de Francia en activo, el veterano Jacques Rivette (1928), compañero de correrías de Jean-Luc Godard y Eric Rohmer allá por los años sesenta, en la época de oro de los famosos "Cahiers du Cinéma".
Un joven general de Napoleón visita un convento carmelita perdido en un pueblo de Mallorca y allí logra entrevistarse con una monja. En el decurso de la breve entrevista sale a relucir que ambos fueron amantes años atrás. En efecto, en 1820, en pleno París de la Restauración, la bella y seductora Antoinette frecuenta los bailes más famosos y despliega su encanto.
Especialmente interesado en la moza está el general Armand de Montriveau, pero Antoinette disfruta dejándose seducir, prometiendo y rechazando, dando a entender su amor para luego dejar al enamorado en la estacada. Sin embargo, cuando, cansado, Montriveau decide acabar con el juego y vengarse de los ardides femeninos, la joven da muestras de estar enamorada de veras. Pero quizá sea demasiado tarde.
Rivette, curtido en los años de la "Nouvelle vague", sabe conducir con clase este drama romántico, en la más sólida tradición de la novela decimonónica. El director sigue los pasos del novelista a pies juntillas, con lo que la película adquiere el ritmo pausado y el aire estático propio de la palabra impresa, y de hecho la casi totalidad del guión proviene del texto balzaquiano. Pero -habría que decirle a Rivette-, una película no es una novela, y si se busca la imitación se corre el riesgo de cansar...
El film es prácticamente una sucesión de encuentros -¿amorosos?- entre Montriveau y Antoinette, continuas conversaciones y anhelos, que sobre todo ayudan a arrojar luz a las peligrosas frivolidades del corazón femenino. Rivette imprime su particular marca de la casa con la puesta en escena meticulosa y recargada, cierta naturalidad impostada, la ausencia de música ambiental.
Por contra, desde el inicio todo lo que vemos se nos muestra "excesivamente" francés, con los peligros que eso conlleva: regodeo por la forma, profusión de diálogos, premiosidad en cada una de las escenas, escasísimas localizaciones, reiteraciones, atmósfera anquilosada...
Estos elementos, junto a la excesiva duración del film -algo habitual en Rivette- hacen que a ratos resulte bastante aburrido y exija un esfuerzo extra por parte del espectador. Lo mejor son sin duda las interpretaciones de los protagonistas, en especial la de la excelente Jeanne Balibar. (Decine21 / Almudí)