Dirección: Wang Quanan
Intérpretes: Yu Nan, Bater, Sen'ge, Zhaya.
Guión: Lu Wei, Wang Quanan
Fotografía: Lutz Reitemeier
Distribuye en Cine: Golem
Duración: 86 min.
Género: Drama, Romántico
Divorcio a la china
Tercera película de Wang Quanan, que obtuvo el Oso de Oro, máximo galardón del Festival de Berlín. Gracias al premio, el director y guionista se consagra como uno de los más prometedores autores de la llamada Sexta generación de cineastas chinos, es decir la actual. Wang Quanan y los otros autores de la nueva hornada, como Wang Xiaoshuai (La bicicleta de Pekín) y Zhang Yuan (Little Red Flowers), tienen en común que ruedan un cine más directo, cercano al neorrealismo italiano, frente a las películas visualmente poderosas y ornamentadas de Zhang Yimou y el resto de representantes de la generación anterior.
En esta ocasión, Quanan se concentra en describir la forma de vida de los mongoles, que en la actualidad han dejado casi por completo de ser nómadas, como lo fueron en el pasado, y que empiezan a abandonar el pastoreo, su forma de vida tradicional.
El director integra en la historia detalles tan interesantes, como su forma de alimentarse, a base de carne y mantequilla de oveja, su costumbre de beber alcohol para protegerse del frío, sus ropajes, su forma de montar en camello, etcétera, por lo que el film tiene el valor divulgativo de un buen documental.
Pertenece a la etnia mongol la protagonista, Tuya, que da título al film, una vigorosa madre de dos hijos, casada con Bater, un hombre al que adora, que se quedó inválido mientras intentaba cavar un pozo para abastecer de agua a los suyos. A pesar de que tiene que encargarse ella sola de todas las tareas, Tuya siempre se las ha arreglado para llevar a pastar a las ovejas, ir a por agua a treinta kilómetros en camello y cocinar. Hasta que un día, sufre un accidente y se hace daño en la espalda.
El médico le aconseja que repose y deje de realizar tareas demasiado duras. Ante esta situación, Bater pide a su esposa que se divorcie de él, y se case con otro hombre que sea capaz de sacarla adelante con sus hijos. Ella acepta, a condición de que el nuevo marido permita que Bater también se quede a vivir con ellos.
A pesar de que el relato está narrado en un tono ciertamente irreal, como de cuento, los personajes son tridimensionales y logran que el espectador simpatice con ellos en su lucha por la supervivencia en un entorno hostil y desértico. Su historia de amor incondicional, donde cada esposo intenta hacer lo que considera mejor en unas condiciones extremas, toca la fibra sensible y está contada con una sensibilidad exquisita y una puesta en escena bastante fresca.
A pesar de que la trama gira en torno a un divorcio, reivindica en cierto modo la unión familiar, presentando a una pareja capaz de superar las dificultades, que antepone el bien del otro por encima de todo. Destaca el emotivo trabajo de la actriz Yu Nan, que hasta el momento ha protagonizado las tres películas del realizador.
Cinéfilos. (decine21/ Almudí ER-JD)