Dirección: Jimmy Hayward, Steve Martino
Guión: Ken Daurio, Cinco Paul
Música: John Powell
Distribuye en Cine: Fox
Duración: 88 min.
Género: Animación
Cuando el tamaño no importa
La sección de dibujos animados de la poderosa Fox, junto con los estudios Blue Sky, creadores de Ice Age. La edad de hielo y Robots, luchan por acercarse a la cima de las técnicas de animación y hacer sombra a la reina del género, la compañía Pixar. Ahora entregan una simpática película ambientada en la selva, cuyo protagonista es un despreocupado y divertido elefante llamado Horton.
Su vida cambia cuando por casualidad escucha un grito de socorro que sale de una pequeña mota de polvo que viaja por el aire. Horton cae en la cuenta de que hay gente que vive ahí y se empeñará en poner a salvo la mota. Para lograr su propósito tendrá que superar las zancadillas de la autoritaria canguro, quien sostiene que "todo lo que no se pueda ver, oír o sentir, no existe". Por su parte, Horton establecerá contacto con los minúsculos seres de "Villaquién" y sorteará mil obstáculos para salvarles la vida.
Jimmy Hayward debuta en la dirección tras haber trabajado durante años en el departamento de animación de Pixar, en películas como Toy Story, Monstruos, S.A. o Buscando a Nemo. Aquí la idea principal de la película es muy original: la coexistencia de dos mundos paralelos, tan distintos en tamaño que cada uno vive por su cuenta, ignorando la existencia del otro. Horton recoge en narraciones igualmente paralelas la vida en ambos lugares.
Otra cosa es que sea discutible el modo en que los guionistas ponen en contacto esos dos mundos, ya que resulta un poquito insuficiente e inevitablemente lleva a pensar que los amigos de Pixar le habrían sacado mucho mayor partido. De cualquier forma, el film ofrece una valiosa lección al sugerir la posibilidad de que, al igual que hay realidades más pequeñas, quizá también nosotros seamos observados y cuidados por un ser superior...
Pero donde la enseñanza se vuelve ya muy audaz y valiente para los tiempos que corren es cuando se remacha la idea que inspira la misión de Horton: "una persona es persona por pequeña que sea". La cosa tiene su enjundia, ya que el guión abandera explícitamente este mensaje al final de la película.
Sin embargo, incluso con estos grandes temas de fondo, no hay que perder de vista que Horton se dirige a los más jóvenes. Los dibujos están bien, aunque a estas alturas no llaman tanto la atención, y en general falta un poco de sentido "dramático" a lo que vemos. De hecho, se resiente del aire excesivamente liviano de la aventura, como si al conjunto le faltara "punch" y algo de espectacularidad.
Hay, eso sí, algunos momentos divertidos, como el que recoge las microscópicas actividades selváticas como si fueran algo terrorífico o los que muestran las rarezas de una curioso animalillo amigo de Horton. E insólita resulta la escena del bombardeo, gracioso homenaje a Apocalypse Now, donde incluso se dice: "me encanta el olor del plátano por la mañana". (Decine21 / Almudí JD-ES)