Dirección: Cesc Gay Guión: Cesc Gay, Tomás Aragay Fotografía: Andreu Rebés Montaje: Frank Gutiérrez Música: Xavier Salvá, Cesc Gay Intérpretes: Eduard Fernández, Javier Cámara, Montse Germán, Carme Pla, Ágata Roca Distribuidora: Alta Films Duración: 107 minutos Público Adecuado: Adultos (SD) Con su cuarta película, el realizador catalán Cesc Gay confirma que es un tipo interesante. De hecho, más que una buena película, Ficción es una película interesante. Gay plantea unas cuantas ideas muy jugosas a partir de un argumento mínimo: Alex, casado y con dos hijos, es un director de cine que para superar su crisis creativa y personal se va unos días a un pueblo perdido en el Pirineo. Allí conocerá a Mónica, una violinista que tras muchos vaivenes sentimentales trata de formar una familia. Después de compartir cenas, paseos y excursiones los dos se sienten atraídos. Hasta aquí nada nuevo. Más original –sin ser nuevo- es el enfoque “En el cine –señala Gay-normalmente se contaría la historia del infiel, del que vive una aventura, y en último caso del que rompe la familia. Yo cuento lo no vivido, lo que se reprime, lo que a menudo ni se cuenta”. En el fondo, lo que quiere contar Cesc Gay está muy lejos de un drama en clave de Anna Karenina, La edad de la inocencia o Breve encuentro. Gay no quiere contar la historia de una gran pasión amorosa no consumada sino la historia de una crisis “de andar por casa”; una crisis de madurez, de desencanto, de rutina… Algo muy de Rohmer, rodado a la manera de los cuentos estacionales del director francés, con quien comparte una buena dirección de actores y un uso muy inteligente de la naturaleza, como escenario de una crisis que se hace más patente cuando el urbanita de turno se queda sin cobertura y se ve envuelto por el silencio y la quietud. El problema de "Ficción" es que el interesante planteamiento de arranque no llega a plasmarse con fuerza en la pantalla y, al final, las ideas que el director señala al hablar de su película llegan mucho más lejos que su plasmación. Los personajes no dicen lo que sienten pero el film tampoco acaba de decir lo que Gay pretende. Falla la narrativa visual, sobra artificio. El romance de Alex y Mónica, calzado desde la primera escena, es convencional y poco creíble, entre otras cosas porque el guión obliga a los personajes a mirar mucho, hablar muy poco y actuar casi nada. Tampoco ayuda a la credibilidad de la historia la reiteración de situaciones de tensión afectivo-sexual. Por otra parte, la cámara se demora mucho y está excesivamente presente restando muchos puntos al pretendido realismo que busca la película. (Aceprensa / Almudí)