Intérpretes: Mariza, Camané, Lila Downs, Miguel Poveda, Caetano Veloso.
Guión: Carlos Saura
Fotografía: José Luis López-Linares, Eduardo Serra
Distribuye en Cine: Latido Films
Duración: 90 min.
Género: Musical, Documental
Pura saudade
El cineasta español Carlos Saura prosigue por su particular itinerario musical, iniciado con Sevillanas y continuado con Flamenco, Tango e Iberia. En este caso acerca a los espectadores el mundo doliente del fado, un estilo de música nacido en Portugal, que se caracteriza por su sentimiento exacerbado, intimista y personal, de modo que el canto prácticamente se convierte en lamento, en arte de la pena y la nostalgia, con cierto sentido fatalista y existencial. Su correspondencia con el flamenco es innegable.
Una tras otra se van desplegando en la pantalla diferentes piezas, interpretadas por artistas señeros, cantantes y virtuosos del baile, como Mariza, Camané, Lila Downs, Chico Buarque, Carlos Do Carmo, Lura, Argentina Santos, etc.
Las diferentes clases de fado se entrelazan también con algunos homenajes a los gigantes de este arte, como la primera fadista de la historia, Maria Severa (1820-1846), o los más recientes Amália Rodrigues y Alfredo Marceneiro, de los que se recogen imágenes de películas antiguas o grabaciones caseras.
Al margen de la música propiamente dicha, que puede gustar más o menos aunque si uno decide entregarse al juego de escuchar y contemplar sin duda quedará tocado, la realización técnica de la película es admirable.
Carlos Saura se ha convertido en un experto en este tipo de filmes, rodados en interiores, con una fotografía, una escenografía y un montaje cuidados hasta el mínimo detalle. Y algunas escenas son de una absorbente belleza, como en el tema interpretado por el gran Caetano Veloso, cuya composición fotográfica y espacial, tan sobria y visual, te deja con la boca abierta, o en el tema de fado flamenco, interpretado a dúo, con cadencia y compenetración perfectas.
José Luis López-Linares, ganador de tres Goyas, y el portugués Eduardo Serra (La joven de la perla) hacen un excepcional trabajo fotográfico. Saura, como ya hizo en Goya en Burdeos, proyecta fotografías y películas sobre telas de fondo, bastidores de plástico y espejos con espectaculares resultados.
Fados gusta, emociona, interpela. Aunque la cinta aborde un género portugués no hay localismo porque en fondo y forma el fado es universal, porque habla de los sentimientos del ser humano. En suma, bellísimo homenaje al fado, un regalo exquisito para la vista y el oído. (decine21 / Almudí ER-JD)