Dirección: Mike Binder
Intérpretes: Adam Sandler, Don Cheadle, Jada Pinkett Smith, Liv Tyler, Saffron Burrows, Donald Sutherland, Mike Binder.
Guión: Mike Binder
Música: Rolfe Kent
Fotografía: Russ T. Alsobrook
Distribuye en Cine: Sony
Duración: 124 min.
Género: Drama
Trauma
Nueva York. Alan es un afroamericano, padre de familia, que regenta una clínica dental, y cuya vida se diría reúne todos los elementos para que sea feliz. Pero
no lo es. Una especie de tristeza inefable le domina. Se encuentra distante de su esposa, la vida doméstica no le satisface. En la consulta, situada en una zona inmejorable, no faltan las ocasiones para echar una cana al aire, a cuento de atractivas pacientes. Pero la infidelidad no le seduce, y de hecho tiene problemas con Donna, una paciente cuyos requerimientos no atiende, y que le acusa justo de lo contrario, de acoso sexual.
La vida de Alan da un quiebro cuando se cruza con Charlie, un antiguo compañero de la facultad con quien compartió habitación durante su etapa universitaria, y que perdió a toda su familia en terribles circunstancias. Desde entonces su amigo no tiene empleo y, desequilibrado, no ha sido capaz de pasar página; Alan comenzará a frecuentar su compañía, y de la recobrada amistad mutua puede que surja el fortalecimiento vital que necesitan ambos.
Formidable película del actor, guionista y director Mike Binder, autor de Más allá del odio y Diario de un ejecutivo agresivo. Mike Binder había dado hasta ahora muestras de su interés por abordar los problemas corrientes de la condición humana los relacionados con la vida matrimonial, los hijos, la rutina, la insatisfacción
, pero nunca con tanto fuerza como en este film, muy medido.
La trama juega con la idea, que provoca una recriminación a Alan por parte de su esposa, de que se diría que envidia la posición del amigo en desgracia, que al no tener familia y cobrar una sustanciosa indemnización por parte del estado, tiene una independencia prácticamente total, carece de obligaciones con respecto a otros. Cuando realmente la peor parte la lleva, por supuesto, Charlie, solo en el mundo, frágil emocionalmente, al borde de la desesperación. Sus locuras y excentricidades a bordo de un patinete, no pueden ocultar su pena, su grandísima pena.
Gran mérito de Binder es no caer en el enfatismo típico de cierto cine estadounidense, que parece necesitar decir lo mismo cuatro veces, sino cinco, porque no confía, digámoslo abiertamente, en la inteligencia del espectador, capaz de pillar las cosas a la primera. Por ejemplo, el cineasta es sutil al referirse a la desgracia, tragedia nacional e incluso mundial, en que Charlie perdió a sus seres queridos.
Es obligado referirse al trabajo de los actores. Don Cheadle confirma lo que ya vimos en Hotel Rwanda: que es un actor de amplios registros dramáticos; el habitualmente graciosete Adam Sandler también da muestras de versatilidad, se diría que a semejanza de otros actores de comedia como Jim Carrey y Will Ferrell, está enforzándose para no quedar encasillado en un determinado tipo de papeles. En cuanto a las féminas, Liv Tyler logra hacer creíble el papel de psiquiatra, Saffron Burrows está contenida como mujer con problemas psíquicos, y Jada Pinkett Smith sabe cargar acertadamente con el poco agradecido papel de esposa mosqueada. (decine21 / Almudí)