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Reseña:
Juicio al Estado de Derecho
Luc Berger está muy bien situado en la vida. El porvenir profesional en su empresa no puede ser más prometedor, y tiene una familia estupenda, su esposa y una hijita. Pero su vida da un vuelco una fatídica noche en que, regresando de una fiesta infantil, se detienen en una tienda de esas que están abiertas toda la noche, y sufren el brutal ataque de un individuo. El agresor, Kenny De Groot, será arrestado al cabo del tiempo, pero un incomprensible error procesal provoca su puesta en libertad. Lo que despierta la indignación de la opinión pública, mientras que Luc, carcomido por lo que ha sufrido y la inesperada liberación de De Groot, podría tomarse la justicia por su mano.
Citando a Albert Camus, el film se inicia con la frase de que "no existe la justicia, sino los límites". Jan Verheyen, guionista y director, ha desarrolado su narración en torno a esta idea, mostrando con visión poliédrica un caso límite, en que se pueden entender todos los puntos de vista, y donde no se cargan las tintas contra ningún personaje, si hubiera que citar una excepción, podríamos mencionar al ministro de justicia, el más preocupado por el puro politiqueo.
La película, que da para un amplio debate, muestra las limitaciones del Estado de Derecho. Las garantías para proteger a un inocente, pueden dejar en la calle a culpables sobre los que no existen demasiadas sombras de duda. Pegarse a la letra de la ley, y más cuando se habla de defectos de forma, puede degenerar en injusticia. La felicidad que nos ofrece la democrática sociedad occidental carece con frecuencia de resortes para afrontar las tragedias que ocurren en la vida. Nadie es criminal al nacer, las circunstancias pueden empujar y favorecer una carrera fuera de la ley, pero la libertad en las decisiones personales existe. El sistema no es un ente puramente abstracto, lo construimos los individuos, y debemos poner los medios para que funcione, enmendar sus errores. Todo este conjunto de ideas vertebra bien el film, de modo que Verheyen, a través de las tribulaciones del protagonista, obliga al espectador a no inhibirse en sus responsabilidades. (Almudí / Decine21: LEER MÁS