Dirección: Armando Bo. País: Argentina. Año: 2012. Duración: 91 min. Género: Drama. Interpretación: John McInerny (Carlos Gutiérrez / Elvis), Griselda Siciliani (Alejandra), Margarita López (Lisa Marie). Guion: Armando Bo y Nicolás Giacobone. Producción: Jennifer Barrons, Armando Bo, Víctor Bo, Steve Golin y Hugo Sigman. Música: Sebastián Escofet. Fotografía: Javier Julia. Montaje: Patricio Pena. Dirección artística: Daniel Gimelberg. Vestuario: Luciana Marti. Distribuidora: Wanda Visión. Estreno en Argentina: 26 Abril 2012. Estreno en España: 19 Julio 2013.
Reseña:
Carlos Gutiérrez, alias “Elvis” (John McInerny), es un lacónico obrero de los suburbios de Buenos Aires, separado y cuarentón, que de día trabaja en una fábrica de electrodomésticos y por las noches canta disfrazado de Elvis Presley, con sus llamativos trajes blancos y de colores, en modestas fiestas y celebraciones, contratadas a través de una bizarra empresa de imitadores de famosos. En realidad, el quijotesco Carlos siempre ha negado su gris realidad, y ha vivido con la seguridad de ser la reencarnación del mítico cantante de Memphis. De hecho, llama a su esposa Priscilla —aunque, en realidad, se llama Alejandra Olemberg (Griselda Siciliani)—, y puso a su pequeña hija el nombre de Lisa Marie (Margarita López). Carlos las ve muy poco, al igual que a su propia madre, que padece alzhéimer. Y anda inquieto, pues no acaba de lograr el triunfo que tanto ansía, y está a punto de cumplir 42 años, los mismos que su ídolo tenía al morir. Una situación dramática le obliga a ejercer como marido y padre, a hacerse cargo de su hija y, finalmente, a elegir entre su familia y su sueño de ser Elvis.
Hijo y nieto de cineastas, el bonaerense Armando Bo se dio a conocer como coguionista de “Biutiful”, de Alejandro González Iñárritu. Ahora, el prestigioso cineasta mexicano participa como productor asociado en su primer largometraje tras la cámara, “El último Elvis”, que ganó el Premio Horizontes en el Festival de San Sebastián 2012. En este patético drama intimista, Bo muestra sus grandes cualidades para la dirección de actores y para articular una densa puesta en escena hiperrealista, casi documental y con abundantes planos-secuencia. A través de ella refleja la penosa obsesión del protagonista, su creciente degradación humana y su entrega absoluta a la música de Rey del Rock and Roll, que interpreta con vibrante entrega en unas cuantas versiones memorables. En este sentido, hay que aplaudir la desgarradora caracterización del debutante John McInerny, un arquitecto de potente voz y sin previa experiencia actoral, que fundó en 2005 el grupo musical Elvis vive, también presente en el filme.
Más discutible es el guion, que firman Armando Bo y Nicolás Giacobone. Ciertamente, logran hacer entrañables y cercanos a todos los personajes, de modo que arrancan unas cuantas escenas de poderosa emotividad, sobre todo en las relaciones de Carlos con su esposa y su hija. Sin embargo, resulta excesiva y un poco forzada la opción fatalista del desenlace, coherente quizás con la locura del protagonista y ciertamente vigorosa, pero que deja mal cuerpo. En todo caso, se trata de una estimable constatación del peligro de ser devorado por la mitomanía, que opta casi siempre por la humanidad de los personajes, no carga la mano en las sordideces de la trama y convierte a Armando Bo en un director a tener en cuenta dentro del nuevo cine argentino.(Cope J. J. M.)