Dirección: Pere Portabella
Intérpretes: Álex Brendemühl, Féodor Atkine, Christian Brembeck, Georgina Cardona, Franz Schuchart.
Guión: Pere Portabella, Xavier Albertí, Carles Santos
Música: Johann Sebastian Bach, Felix Mendelssohn-Bartholdy
Fotografía: Tomàs Pladevall
Distribuye en Cine: Sherlock
Duración: 115 min.
Género: Musical, Experimental
El genio de la música
Inclasificable film del cineasta barcelonés Pere Portabella (1929), quien hace gala de una peculiarísima mirada hacia la composición de la imagen y del discurso fílmico. Ya sólo el inicio deja a uno patidifuso: un piano toca solo mientras se mueve igualmente solitario por una gran estancia vacía.
Al cabo del rato contemplamos cómo un hombre afina parsimoniosamente otro piano y luego pasamos a ver a un camionero que se dirige a Alemania, etc. Con escenas y secuencias de este tipo, sin seguir una narración lineal, sino construyendo una especie de collage musical y visual, Portabella ofrece un raro producto del que al menos se puede deducir una intención: mostrar la influencia y la pervivencia en el tiempo de la música del gran genio Johann Sebastian Bach.
Sorprende en el film, rodado en castellano, italiano y alemán, la profusión de anacronismos, pues a momentos actuales -el camionero, el vendedor de pianos, la interpretación en el metro, etc.-, el director recrea con ambientación moderna algunas estampas del pasado, como el mercado de la carne o el trabajo del compositor como Cantor de la Iglesia de Santo Tomás, en Leipzig.
Y junto a imágenes logradas, como la subyugante escena del piano cayendo al mar o los tubos del órgano mientras suenan los acordes de György Ligeti, también hay momentos desconcertantes, como un insistente desnudo femenino que no se sabe a qué viene. Hay asimismo cierto aire de reportaje documental en las escenas en que contemplamos al guía turístico o visitamos las instalaciones actuales de la Escuela de Santo Tomás, en donde semanalmente se ofrecen recitales y en donde la sublime música de Bach ejerce su benévola influencia sobre el alma de los alumnos.
Por lo demás, las piezas musicales del maestro alemán son omnipresentes a lo largo de toda la película. El sentido homenaje al compositor es muy explícito y, de hecho, entre los muchos elogios que recibe, se pone en boca de un personaje una aguda y rotunda frase del nihilista Émile Cioran: "La música de Bach es una de las pruebas principales de que este mundo no es un fracaso". . Imágenes: 1:00:42 a 1:05:15.(Decine21 / almudí SC-JD)