Contenidos: Imágenes (varias V, S+), Diálogos (varios D), Ideas (amoralidad, pesimismo nihilista F)
Dirección: János Szász. Países:Hungría, Alemania, Austria y Francia. Año: 2013. Duración: 109 min. Género: Drama,bélico. Interpretación: András Gyémánt, László Gyémánt, Ulrich Thomsen (oficial), Orsolya Tóth, Gyöngyvér Bognár, Piroska Molnár (abuela), Ulrich Matthes (padre). Guion:András Szekér y János Szász; basado en la novela de Agota Kristof. Producción: Pál Sándor y Sándor Söth. Música: Johan Johanson. Fotografía: Christian Berger. Montaje:Szilvia Ruszev. Vestuario: János Breckl. Distribuidora: Golem. Estreno en Hungría: 19 Septiembre 2013. Estreno en España: 30 Abril 2014.
Reseña:
En la recta final de la Segunda Guerra Mundial, dos hermanos gemelos húngaros, Egyik (András Gyémánt) y Masik (László Gyémánt), son trasladados de la ciudad a un pequeño pueblo para que vivan con su alcohólica abuela (Piroska Molnár), a la que enseguida apodan La Bruja, pues los maltrata miserablemente. Cuando descubren la muerte, la violencia y la destrucción que les rodean, los gemelos deciden endurecer sus cuerpos y sus mentes para sobrevivir a esa terrible realidad. Y van escribiendo sus dolorosas experiencias en el cuaderno que les regaló su padre (Ulrich Matthes).
Premio a la mejor película en el Festival de Karlovy Vary 2013, esta desgarradora tragedia del veterano cineasta húngaro János Szász (“Szédülés”, “Woyzeck”, “Witman Fink”, “Ópium: Egy elmebeteg nö naplója”) se basa en la novela de su compatriota Agota Kristof, primera de una trilogía que se completa con “La prueba” y “La tercera mentira”. El filme goza de una vigorosa puesta en escena hiperrealista y de unas intensas interpretaciones, sobre todo de los dos hermanos protagonistas. Sin embargo, Szász cae a menudo en un rutinario academicismo —a pesar de la atmósfera desasosegante y malsana de sus imágenes—, y pierde los papeles en el demencial desenlace.
En cualquier caso, más que conmover, la película desconcierta y vapulea al sufrido espectador. Porque su denuncia de la crueldad de la guerra y su espeluznante crónica de la pérdida de la inocencia y la degradación moral de Egyik y Masik están marcadas por un pesimismo tan nihilista, tan glacial, tan vacío de sentimientos, de ternura, de compasión, que acaba por resultar inverosímil y manipulador. En este sentido, se nota la excesiva admiración de Szász por el cineasta austriaco-alemán Michael Haneke, con el que comparte el mismo director de fotografía, Christian Berger. Concretamente, los ecos de “Funny Games” y “La cinta blanca” son constantes en “El gran cuaderno”. Y no para bien.(Cope J. J. M.) (Almudí JD /Decine 21: LEER MÁS)