Guión: James Ellroy, Kurt Wimmer, Jamie Moss. Intérpretes: Keanu Reeves, Forest Whitaker, Hugh Laurie, Chris Evans, Amaury Nolasco. 107 min.
Los violentos de Ellroy
Tom Ludlow es un agente de la división antivicio de la policía de Los Ángeles, conocido por sus métodos expeditivos. Con fama de salvaje y alocado, arrastra desde hace años la muerte traumática de su esposa, que le engañaba con otro, asunto que intenta olvidar bebiendo más de la cuenta. No obstante lo dicho, Tom es el mejor hombre con que cuenta el capitán Wander, pues se trata de alguien resolutivo y que no se anda con chiquitas a la hora de sacudir a "los malos".
Pero las cosas se enredan cuando Washington, un policía que fue su compañero, comienza a hablar con asuntos internos. Tom cree que está largando sobre él, y le sigue hasta un supermercado, donde dos encapuchados organizan una buena escabechina, a resultas de la cual muere Washington. Como los dos habían discutido, y existe un vídeo comprometedor, grabado en el lugar del crimen, Tom debe aceptar ciertos trapicheos de sus compañeros policías para no ser incriminado.
Pero a lo que no está dispuesto es a que los auténticos culpables sigan en la calle. Así que emprenderá una investigación extraoficial, apoyado en el agente que lleva el caso. Lo que supone un viaje a las profundidades de la corrupción policial.
Dos expertos en retratar el lado oscuro de la ley, uno a través de la novela (James Ellroy, autor de "L.A. Confidential"), otro con películas (David Ayer, director de Harsh Times y guionista de Training Day (Día de entrenamiento)) se asocian en este dinámico y violentísimo film, con sus puntos débiles y fuertes.
En el primer apartado, obligado es mencionar que casi nada sorprende en la trama; desde el minuto uno sabemos que Tom es un infeliz utilizado por otros, y no hace falta ser un Sherlock Holmes para saber quiénes son los "otros". Pese a ello, como Ayer es un director competente y el guión está bien trabado, la cosa se sigue con interés, aunque agote un poco tanta sangre y tanta paliza. Además, hay una acertada definición de personajes, al menos de tres de ellos, y una inteligente apuesta por el desencasillamiento.
Así, Keanu Reeves, actor siempre etiquetado como "blandito", compone de modo convincente a un duro policía al que le toca moverse en un mundo a lo Sérpico, película mencionada explícitamente en este film. También Hugh Laurie tiene la ocasión de desprenderse de su "doctor House", algo que incluye hasta lo que se diría una pequeña broma, ya que la primera escena del actor transcurre en un hospital. También conviene destacar la gran presencia de Forest Whitaker, que presta credibilidad a escenas que sin él podrían no sostenerse. Diálogos que, si parece bien, se pueden suprimir: De 4:13 a 4:21 y de 1:24:14 a 1:24:23(Decine21 / Almudí LR-JD)