Contenido
Reseña:
Para leer la crítica de Decine21 haced clic
aquí Dirección: Joseph Losey
Intérpretes: Ruggero Raimondi, John Macurdy, Edda Moser, Kiri Te Kanawa, Kenneth Riegel, José van Dam, Teresa Berganza, Malcolm King.
Argumento: Lorenzo da Ponte (Libreto), Frantz Salieri (Colaborador Libreto), Rolf Liebermann (Idea original)
Guión: Patricia Losey, Joseph Losey, Frantz Salieri
Música: Wolfgang Amadeus Mozart
Fotografía: Gerry Fisher
Distribuye en Cine: Sherlock
Duración: 169 min.
Género: Musical
Los "amores" de un libertino Seguramente "Don Giovanni" no es la mejor ópera de Wolfgang Amadeus Mozart, si tenemos en cuenta otras como "Las bodas de Figaro" y "La flauta mágica", por ejemplo. Pero, por descontado, se trata de una obra mítica del genial compositor, basada en el inmortal mito de Don Juan.
El libreto original de Lorenzo Da Ponte se basó principalmente en la obra de teatro "El burlador de Sevilla" de Tirso de Molina. Mozart compuso la música en 1787 y la ópera fue estrenada el mismo año en el teatro Nacional de Praga.
El director americano Joseph Losey se encargó de dirigir esta película, basada en la ópera de Mozart, en 1979, algo desde luego inusual en el realizador de El sirviente y El mensajero. La empresa de por sí era complicada por varios motivos: lo archiconocido de la obra original, la duración monumental de la misma y, sobre todo, el riesgo de unir cine y ópera.
El resultado es, efectivamente, un poco desconcertante y temerario, en el sentido de que no es una ópera y tampoco, digamos, cine normal. Hay una esmerada puesta en escena, y ésta es a todas luces cinematográfica, pero inevitablemente los ritmos y la atmósfera (la externa y la interna de los personajes) no son propios del séptimo arte, sino de una premiosidad más teatral.
Por otra parte, seguramente los más melómanos no quedarán del todo satisfechos, pues es inevitable que abrume la artificiosidad del conjunto, pues al no ser tampoco ópera filmada propiamente dicha, también se pierde el efecto del "directo".
De todas maneras, Losey realiza un gran trabajo, pues pone mucho esmero en no forzar los cambios de imagen y en mover fluidamente la cámara manteniendo siempre que puede el mismo plano en pantalla.
Por lo demás, aunque quizá se echen en falta arias de mayor potencia e intensidad, es imposible no disfrutar de la impresionante música compuesta por el genio de Salzburgo y de la sólida interpretación de los actores, todos ellos grandes de la ópera, comenzando por el protagonista Ruggero Raimondi y por las excelentes sopranos Edda Moser y Kiri Te Kanawa. (Decine / Almudí)