Dirección: Chris Kraus
Intérpretes: Monica Bleibtreu, Hannah Herzsprung, Sven Pippig, Richy Müller, Jasmin Tabatabai, Stefan Kurt.
Guión: Chris Kraus
Música: Annette Focks
Fotografía: Judith Kaufmann
Distribuye en Cine: Altafilms
Duración: 112 min.
Género: Drama
Música entre rejas
En los últimos tiempos el cine alemán se ha puesto serio. El hundimiento, Sophie Scholl: los últimos días o La vida de los otros son botones de muestra que han puesto el listón muy alto para los directores germanos, al tiempo que también les han ofrecido las claves reales del éxito. Y es que, al final, la calidad, la hondura y la coherencia de las historias siempre se llevan el gato al agua.
Cuatro minutos también tiene un planteamiento atractivo y serio, de esos que promete calado profundo, aunque no llega al nivel de las películas antes mencionadas.
La historia acontece en una cárcel de mujeres. Allí trabaja la veterana pianista Traude Krüger, que da clases de piano a las reclusas. El descubrimiento del extraordinario talento musical de una alumna será un revulsivo para su vida, y pese a las dificultades para hacer entrar en razón a la talentosa Jenny una joven muy violenta, acusada de asesinato, y con una irascibilidad y rebeldía casi patológicas, logrará poco a poco y a duras penas impartirle las clases deseadas. Traude está convencida de que Jenny puede ganar el premio de un importante certamen musical.
Cuatro minutos es la segunda película de Chris Kraus (1963) como director y guionista. A la hora de explicar el punto de partida del film, Kraus dice: Siempre he pensado que la motivación era únicamente un sinónimo de talento. Pero ¿y si hubiera alguna diferencia? ¿Y si alguien tuviera talento pero le faltara motivación?. Pues bien, el director lleva esta idea por derroteros muy dramáticos y nada convencionales.
En la relación que se establece entre profesora y alumna nada es normal, la tensión se masca continuamente y nunca desaparece a pesar de ciertos momentos de calma. Y así, poco a poco por conversaciones o por medio de breves flash backs, el espectador conoce el pasado de ambas mujeres, sus traumáticas vidas y sus secretos más íntimos.
Sobre toda la historia pulula, lógicamente, la idea de la redención a través de la creatividad artística, en este caso por medio de la música. Sin embargo, este anhelo de belleza está sólo tenuemente esbozado, y el conjunto queda ensombrecido por una visión demasiado trágica de la existencia. En realidad parece faltar un sentido elevado a lo que vemos. Los personajes creados por Krauss transmiten una tremenda amargura, y la puesta en escena carcelaria es tan áspera y gris como ellos.
La solidez de la película, multipremiada en Alemania, tiene mucho que ver con el reparto. Probablemente, lo mejor del film es el trabajo de la debutante Hannah Herzsprung, elegida entre más de 1.200 chicas. Herzsprung, que había actuado antes en varias series de televisión, realiza una portentosa mimetización en la conflictiva y atormentada Jenny, una interpretación que llega al culmen en la impresionante catarsis final.
Cuatro minutos es una película con mucha violencia interna, condimentada con situaciones de mal absoluto. El propio lesbianismo juvenil de la anciana profesora se muestra como algo doloroso y silencioso que le ha acompañado toda su vida.
Nada redime a nuestros personajes definitivamente, pero la música les permite estar en contacto con la belleza, y por tanto nunca llegan a sucumbir ante la nada. La interpretación de la debutante Hannah Herzsprung en el papel de Jenny es impresionante, así como la sobriedad llena de matices de Monica Bleibtreu en el papel de Krüger. Película claramente para mayores. Un poco decepcionante porque no acaba, ni desarrolla, ni enlaza bien las múltiples tramas que pretende desarrollar. (decine21 / Aceprensa /Almudí SC)