Dirección: Sebastián Cordero
Intérpretes: John Leguizamo, Leonor Watling, Damián Alcázar, José María Yazpik, Alfred Molina.
Guión: Sebastián Cordero
Música: Antonio Pinto
Fotografía: Enrique Chediak
Distribuye en Cine: Versus
Duración: 108 min.
Género: Drama
El monstruo de Babahoyo
El equipo periodístico del programa televisivo de Miami Una hora con la verdad el célebre reportero Manolo Bonilla, el cámara Iván y la productora Marisa se encuentra en una miserable barriada llamada Babahoyo, en Ecuador. El motivo es que están haciendo un reportaje acerca de las actividades de un sanguinario asesino en serie que está aterrorizando al pueblo.
El macabro hallazgo de una fosa con los cuerpos violados y torturados de varios niños ha dejado al pueblo en estado de shock. En ese ambiente, Vinicio un vendedor de biblias del pueblo atropella accidentalmente a un niño y los habitantes se ensañan con él.
El equipo de periodistas filma el linchamiento, pero antes de que lo quemen vivo, Manolo logra salvar al desgraciado, aunque las autoridades lo meten en la cárcel. Dispuesto a hacer un reportaje sobre su vida, Manolo conversa con Vinicio, y éste le dice que tiene información sobre el asesino de niños.
Interesante segundo film del ecuatoriano Sebastián Cordero (Ratas, ratones, rateros), avalado por una peculiar pareja de productores, los mexicanos Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro. El guión, sobrio y directo, habla de la relación entre la noticia y la verdad, y de la siempre formulada cuestión acerca de los límites entre el trabajo periodístico, siempre ávido del éxito y de la actualidad, y el deber de servir al bien y a la justicia.
Cordero no da razones acerca de lo correcto o no de la decisión de sus personajes, pero sin ápice de frivolidad muestra con acierto lo que hay: que la propias acciones tienen consecuencias muchas veces no deseables. Se puede escapar de ellas, amparándose en la ética del trabajo, o quizá aislándose con drogas, pero no se pueden ocultar.
El film retrata también la desproporcionada influencia de los medios de comunicación, llamados tan justamente el cuarto poder, y cómo resulta enormemente fácil manipular a la voluble población. Cordero filma con inusitada intensidad la secuencia inicial del linchamiento es tremenda, de una brutal cercanía, reforzada por la profusión de primeros planos, de modo que la sensación de barro, tierra y suciedad es constante y embadurna todo la película.
Las localizaciones en el pueblo son muy realistas, y están muy bien recogidas por la notable fotografía de Enrique Chediak. Y entre el reparto, todo él muy convincente, con John Leguizamo y la española Leonor Watling a la cabeza, hay que hacer una mención especial a la soberbia interpretación de Damián Alcázar, quien compone un Vinicio muy verosímil, tan lleno de aristas como de naturalidad.
La historia que relata Sebastián Cordero no es original, pero lo parece por su tratamiento, hispanos en Estados Unidos que ven Sudamérica como un mercado. El contraste entre ricos y pobres, no esencial a la trama, es evidente en todo instante.
Leonor Watling dijo en un aparte que se había sumado al proyecto por la implicación como productores de los directores mexicanos Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro. Y comentó que el equipo era mínimo, lo que resulta evidente en la producción, pero también muy eficaz dada la historia que cuentan.
Para ser un thriller, Crónicas pone demasiado pronto las cartas sobre la mesa; pero si de lo que se trata es de narrar un drama ético la cinta funciona, con una pareja Leguizamo-Watling que da hondura a sus personajes. Por otra parte, la película dirigida por Cordero, tiene una clara intención testimonial, en línea con el cine denuncia que quiere mostrar el lado oscuro de las sociedades hispanoamericanas. Rodada en 2003, se estrenó en Estados Unidos en julio de 2005, por lo que llega con un retraso notable. (decine21 / Almudí)