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Dirección: Neil Jordan. País: Reino Unido. Año: 2012. Duración:118 min. Género: Drama, fantástico, thriller. Interpretación: Saoirse Ronan (Eleanor),Gemma Arterton (Clara), Caleb Landry Jones (Frank), Sam Riley (Darvell), Tom Hollander (Kevin). Guion: Moira Buffini. Producción: Elizabeth Karlsen, William D. Johnson, Alan Moloney y Stephen Woolley. Música: Javier Navarrete. Fotografía: Sean Bobbitt. Montaje: Tony Lawson. Diseño de producción: Simon Elliott. Vestuario:Consolata Boyle. Distribuidora: A Contracorriente Films. Estreno en Reino Unido: 31 Mayo 2013. Estreno en España: 21 Marzo 2014.
Reseña:
Las misteriosas Clara (Gemma Arterton) y Eleanor (Saoirse Ronan) son madre e hija, aunque se hacen pasar por hermanas a causa de la escasa diferencia de edad que aparentan. En realidad, son dos vampiras —las únicas de su clan—, que huyen desde hace dos siglos de sus crueles e incansables jefes. Clara sobrevive como prostituta, y se alimenta de quien sea. Por el contrario, Eleanor es una joven culta y sensible, que sólo chupa la sangre a aquellos ancianos moribundos que se lo piden, confundiéndola con el ángel de la muerte. Tras sufrir un violento ataque, las dos abandonan la ciudad irlandesa en que viven, y se refugian en una perdida ciudad costera, donde Clara convierte en burdel el arruinado hotel Byzantium del pánfilo Noel (Daniel Mays). Mientras tanto, Eleonor enamora a Frank (Caleb Landry Jones), un joven tímido y cariñoso que esconde un doloroso secreto.
Treinta años después de “En compañía de lobos”, y veinte de “Entrevista con el vampiro”, el irlandés Neil Jordan (“Mona Lisa”, “Nunca fuimos ángeles”, “Juego de lágrimas”, “Michael Collins”, “El fin del romance”) retorna al género de terror con esta adaptación de la obra teatral “A Vampire Story”, de la inglesa Moira Buffini —la autora de “Tamara Drewe”—, que ella misma ha convertido en guion. Buffini enriquece las convenciones del género primando los peliagudos conflictos morales de las protagonistas, sobre todo cuando sus pasiones humanas entran en conflicto con sus instintos vampirescos. Este enfoque facilita el lucimiento de los actores, sobre todo de Saoirse Ronan, sensacional en su contenida caracterización de la lánguida Eleonor. Por su parte, Jordan crea una adecuada atmósfera entre romántica y malsana con la ayuda de la tenebrosa fotografía de Sean Bobbitt y de la exquisita partitura del español Javier Navarrete.
Sin embargo, esas cualidades se ven gravemente debilitadas por la excesiva sordidez de la historia, mostrada con desagradable explicitud por Jordan, sobre todo en su crudo tratamiento formal y verbal del sexo, y en varias secuencias muy violentas, en las que recurre al gore más chusco. Por otra parte, no le funcionan demasiado bien sus golpes de humor negro, y se muestra chapucero en el rodaje y montaje de algunas persecuciones y peleas, especialmente la del desenlace. Estos excesos y defectos contrastan demasiado con el tono hiperromántico y poético de las mejores secuencias —casi todas protagonizadas por Saoirse Ronan—, y dejan en el espectador la sensación de película fallida. (Cope J. J. M.)