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Buenos días, noche

Buenos días, noche

  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2006
  • Dirección: Marco Bellocchio
CONTENIDOS: VSF País: Italia Dirección y Guión: Marco Bellocchio Fotografía: Pasquale Mari Montaje: Francesca Calvelli Música: Ricardo Giani Intérpretes: Maya Sansa, Luigi Lo Cascio, Roberto Herlitzka, Pier Giorgio Bellocchio, Giovanni Calcagno, Paolo Briguglia Distribuidora: Vértigo Aldo Moro, primer ministro italiano y líder de la democracia cristiana, fue secuestrado por las "Brigadas Rojas" por -según ellas- los crímenes que cometió. Todo el mundo, salvo las "Brigadas Rojas", juzgó descabellado y absurdo que se pudiera acusar a Aldo Moro de crimen alguno... Es muy duro leer las palabras del propio Marco Bellocchio -guionista y director- al explicar el porqué y el porqué no de su película: "Como no soy historiador, no me interesa la verdad sino contar la historia de una forma nueva y poco convencional". Esta especie de excusa -"no soy historiador"- no excusa de nada. Tal vez quiso decir Bellocchio que la preparación del secuestro, el día a día con el secuestrado, la decisión de su asesinato... están libremente tratadas. Es obvio: no se puede saber cómo sucedió eso salvo que las mismas "Brigadas Rojas" se lo contaran. Pero él dice que "casi no hablé con los miembros de las Brigadas Rojas". ¿A qué verdad se refiere, pues? "Había (en 1978) una especie de coherencia absurda entre el pensamiento de cambiar el mundo y la de coger un arma y matar. Las Brigadas Rojas de hoy en día parecen estar incluso aún más apartadas de la realidad, y no creo que tengan muchas oportunidades de conseguir lo que desean". "Para mí matar a alguien a sangre fría significa no estar en contacto con la realidad. Pienso que es una acción de locos. Puedes luchar por alguien o estar totalmente en desacuerdo con él, pero no puedes coger una pistola y matarle". Esta verdad sí que interesa a M.B.: está en contra del asesinato y del terrorismo. Está a favor del diálogo y de la vida. ¿Es la verdad histórica la que no le interesa? "Hice muchas investigaciones. Utilicé todo tipo de material para escribir el guión" (El libro de Sergio Flamigni, Las cartas de Aldo Moro. El libro de Anna Laura Braghetti: The prisoner). ¿Es la verdad histórica la que no le interesa? "No podía simplemente recrear (...) la verdad histórica, si las verdades de la tragedia de Moro realmente existieron". (Es muy inquietante ese si condicional... ¿No está seguro de la verdad de Aldo Moro? ¿Por qué, pues, eligió su trágico secuestro y muerte para... para hacer su película?). Nadar y guardar la ropa Dramatizar elementos que no existen en la verdad histórica es tradicionalmente legítimo, con el fin de presentar con más verdad la verdad histórica... Casi dan ganas de decir que Marco Bellocchio ha nadado y ha intentado -sin conseguirlo bien- guardar su ropa. Su ropa parece decirnos: ¡Eh, que yo no defiendo a la Iglesia católica...! ¡Eh, que yo no soy democristiano...! ¡Eh, que también condeno el terrorismo fascista...! ¡Eh, que... (Su ropa está mojada). ¿Hubiera sido mejor que el personaje político no fuera histórico? ¿Y quedarse sólo con una película -de algún modo abstracta- sobre terroristas fanáticos? Hubiera sido sin duda mucho más difícil. Porque esa verdad histórica, esa verdad o verdades de A. Moro, son tan reales y fuertes y densas... que -lo repito- hubiera sido muy difícil crear y conseguir tal dramatismo. Y conseguir también, como contraste, tan necia ceguera fanática sin la verdad histórica de los extremistas, comunistas, terroristas de las "Brigadas Rojas". "Yo buscaba una mujer, una terrorista con fuertes convicciones, pero a la vez llena de contradicciones. A través de ella la película muestra que la relación entre Moro y sus secuestradores es posible, sin que necesariamente exprese una simpatía por los terroristas". "La figura de la mujer terrorista se volvió absolutamente necesaria si quería ilustrar la oposición entre el prisionero y sus secuestradores como algo complejo y profundo". Pero es que esta figura de mujer (interpretada por Maya Sansa con veracidad sobrecogedora) no es -¡no lo es!- una figura extrahistórica ("como no soy historiador... no me interesaba la verdad (histórica)"). La terrorista Chiara es historia, intrahistoria: la moral y la fe católicas italianas es la verdad histórica que en la conciencia de Chiara lucha contra el comunismo y su odio de clase, contra el terrorismo asesino. La ropa de Bellocchio está más que mojada. Es toda agua, quiéralo o no. Chiara y su lucha interior es todo agua, pura realidad histórica, verdad histórica, no un invento literario del guionista Bellocchio. Así que la película a la vez sobrecoge y a la vez -en algunas secuencias en que se guarda la ropa (menos mal que son pocas)- chirría, desafina, resulta falsa. La claustrofobia, la angustia ante el horror de que un hombre quite la libertad a otro con la violencia, el implacable horror que la violencia asesina produce al quitar la vida de otro, lo más suyo del otro... ha sido "traducido" en la película con una autenticidad que tal vez muchos espectadores no habían hasta ahora visto y sufrido. El día a día de los tres secuestradores con la mujer, Chiara, supone un gran acierto de realismo cotidiano y a la vez brutal, contradictorio. Los intercalados documentales son eficacísimos. La figura de Aldo Moro resulta espléndida gracias al actor Roberto Herlitzka. En conclusión -a pesar de esa pretensión de guardar la ropa-, una muy buena y tremenda película. (Filasiete / Almudí) pend prev