Dirección: Hana Makhmalbaf
Intérpretes: Abbas Alijome, Abdolali Hoseinali, Nikbakht Noruz.
Guión: Marzieh Meshkini
Música: Tolibhon Shakhidi
Fotografía: Ostad Ali
Distribuye en Cine: Nirvana
Duración: 81 min.
Género: Drama
Infancia oriental
Coproducción iraní-francesa de la jovencísima Hana Makhmalbaf -sólo 18 años tiene la realizadora, Premio Especial del Jurado en San Sebastián-, describe la vida de la gente que vivía bajo la célebre estatua de Buda que destruyeron los fanáticos talibanes.
El film sigue los pasos de una niña de seis años, Baktay, animada por un niño vecino a ir a la escuela para aprender a leer y a escribir. El primer tramo se parece a tantas películas iraníes minimalistas en que a un niño se le ha perdido una moneda, un globo, un zapato, la gameboy (uy, esto no, pero es casi la única opción no contemplada.); en efecto, Batkay debe hacerse con un cuaderno y un lapicero, una tarea no tan sencilla como podría imaginarse.
La parte más original es la de algo parecido al fanatismo, que empieza ya a hacer mella incluso entre tiernos infantes masculinos; porque Batkay encontrará en la escuela a un grupo de niños que juegan a la versión local de "indios y vaqueros", o "polis y cacos"; o sea, juegan a talibanes y mujeres que deben llevar burka (improvisados con bolsas de papel) y ser lapidadas por usar pintalabios.
Aunque hay momentos en que se incide en la crueldad infantil, está todo tamizado por cierta ingenuidad e inocencia, y de hecho los chavales son capaces de cambiar de rol, y convertirse en norteamericanos en busca de peligrosos terroristas. La película es sencilla, presenta simpáticos golpes de humor, y la cría protagonista es un encanto. (Decine21 / Almudí JD-AC)