Dirección: Humberto Solás
Intérpretes: Luisa María Jiménez, Jorge Perugorría, Isabel Santos, Mario Limonta, Adela Legrá, Rafael Lahera.
Guión: Sergio Benvenuto, Elia Solás, Humberto Solás
Música: Esteban Puebla
Fotografía: Carlos Rafael Solís
Distribuye en Cine: Filmax
Duración: 105 min.
Género: Drama
Gente de La Habana
En activo desde los años 60, Humberto Solás es de los más destacados cineastas de Cuba, al ser el responsable de Lucía, considerada una película fundacional del cine iberoamericano. A partir de los 90, Solás deja pasar bastantes años entre película y película.
En esta ocasión, traza un fresco de la sociedad cubana, tal como él la ve, según sus propias palabras, como reacción a películas extranjeras que abusan de estereotipos sobre los habitantes de la isla. Así, sigue las peripecias entrecruzadas de ciudadanos de La Habana, como Santo, que pierde a su esposa, Willy, que conmociona a su padre al enterarse éste de que es homosexual, y Vivian, que sufre una crisis en su relación con el Chino, su esposo.
El punto fuerte del veterano Solás es, sin duda, la dirección de actores, pues casi todo el elenco realiza un trabajo eficaz, sobre todo Isabel Santos, como una mujer que ansía tener un hijo, y su marido, interpretado por Jorge Perugorría, un actor que no siempre está tan bien como en la recordada Fresa y Chocolate.
Resulta bastante simpático su tratamiento del tema de la fe, en la resolución de esta subtrama. Por lo demás, a Solás se le va la mano en un sentimentalismo poco sutil, y en secuencias subidas de tono que parecen dar a entender que el destape ha llegado a Cuba.
Aunque dota de inusitada humanidad a sus personajes, Solás sólo muestra a aquellos que son afines al régimen cubano, de cuyas desgracias culpa en exclusiva al bloqueo económico estadounidense, sin entrar en más detalles. Muestra a los cubanos como supervivientes, que resisten frente al capitalismo. De esta forma, no se deduce ninguna crítica, ni siquiera sutil, a Fidel Castro, ni siquiera en la subtrama de uno de los personajes, que se ve obligado a emigrar. No vale la pena verla. (decine21 / Almudí JR-JM)