Dirección: Josecho San Mateo
Intérpretes: Pablo Carbonell, Anabel Alonso, Ana María Polvorosa, Luisber Santiago, Christian Casani, Roberto San Martín, Malena Gracia.
Guión: Javier Muñoz, Josecho San Mateo
Música: La Curva
Fotografía: Ángel Luis Fernández
Distribuye en Cine: A. Zeta Cinema
Duración: 90 min.
Género: Comedia
Vacaciones no, gracias
Los Montoro son una familia de Getafe que espera con ilusión las vacaciones de verano para ir a Cullera a la playa. Llegado el momento, la realidad estival española se da de bruces con las ilusiones del matrimonio y sus tres hijos. El primer escollo es el atasco en la denominada operación salida.
A partir de ahí nada es lo que parece. El apartahotel alquilado dista de lo que ofrecía la agencia, lo que supone incomodidades en vez de descanso; luego hay obligaciones, como levantarse antes del alba para poner la sombrilla en la playa y garantizar un milímetro de arena para disfrutar del sol y el mar, por ejemplo.
La película se basa en la máxima de que cuando nada puede ir peor, la cosa empeora, como explica el propio director. El argumento suena excesivamente típico, al igual que los personajes. Un marido calzonazos de buen corazón, una mujer dominante con bastante mal genio, unos hijos adolescentes con ganas de juerga, y el pequeño de la casa, ajeno a los problemas de los demás.
Estos tópicos impiden que la película sea especialmente divertida, aunque la sonrisa no llegue a desaparecer de los labios. En cierta manera se agradece ese tipismo, pues ofrece una visión crítica de cómo la mayoría de los españoles se acaban planteando sus vacaciones, un tiempo en el que se llega a acumular casi más estrés que durante el resto del año.
También es cierto que lo que parece ser una película ya vista adquiere otros tintes al final, con un inesperado giro argumental. Entre los momentos más divertidos se encuentran los que atañen a toda la familia, como las operaciones mañaneras para arrasar el bufete. Por separado todos tienen sus puntos de humor, aunque sobresale la historia de Pablo Carbonell con la guardia civil.
Lo que sí resulta demasiado tipycal spanish son los gritos de la casi siempre cabreada Anabel Alonso y la cascada de palabras malsonantes que sale por la boca de todos. Toda la familia reparte collejas y tacos por doquier, lo cual resulta cansino. Por no hablar de que sin sexo y escatologías varias parece difícil hacer reír en este país, aunque es verdad que esta película no abusa de ninguno de los dos.
El filme se compone únicamente de una colección de tópicos de lo más vulgar y sin gracia alguna sobre el veraneo de la típica familia española de clase media. Es una verdadera pena que el director de la muy correcta Báilame el agua (2000) y una gran actriz de comedia como es Anabel Alonso no se entreguen a proyectos de mayor enjundia. No merece la pena verla. (decine21 / Filasiete / Almudí)