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Arthur y los Minimoys
Destacada

Arthur y los Minimoys

  • Público apropiado: Todos
  • Valoración moral: Adecuada
  • Año: 2007
  • Dirección: Luc Besson

Dirección: Luc Besson Guión: Luc Besson, Céline García Fotografía: Thierry Arbogast, Dominique Delguste Música: Eric Serra Intérpretes: Freddie Highmore, Mia Farrow, Ronald Crawford Distribuidora: New World Duración: 102 minutos 

     En su décima película como director, el polifacético Luc Besson ha querido acercarse a un público más joven con una arriesgada propuesta: un filme que combina acción real con animación en 3-D. El resultado, tras siete años de intenso trabajo, ha sido esta película de fantasía -concebida como primera parte de una trilogía- que cuenta la historia de un niño que se adentra en el mundo de los diminutos Minimoys para encontrar un tesoro y salvar del embargo la casa de su abuela. 
    El filme, que posee todos los ingredientes de una buena historia de aventuras -héroes, tesoros, personajes malvados y hasta una historia de amor-, presenta una estructura con dos partes muy diferenciadas: una "realista" y otra animada. La transición entre ambas está bien conseguida y el paso de la acción real a la animación dentro de un mismo plano apenas se nota. 
    En el arranque de la película destaca el buen trabajo de sus dos protagonistas -la solvente Mia Farrow en el papel de la dulce abuela de Arthur, y Freddie Highmore, quien demuestra una vez más que, pese a su juventud, es un actor a tener en cuenta- y el cuidado diseño de producción, que refleja en decorados y vestuario la América rural de los 60. 
    El guión de esta primera parte tiene una buena estructura: presenta con claridad los conflictos y define ajustadamente a los personajes, con la ayuda de un destacable trabajo de cámara que consigue que el espectador se sienta próximo a los sentimientos de los protagonistas empleando bien planos cortos. 
    El mayor problema de la película sobreviene en la segunda parte, la de animación en 3-D. El guión se desdibuja y las acciones se desarrollan de manera confusa y sin mucha lógica. La falta de solidez del guión queda sin embargo compensada por la calidad técnica de la imagen. 
    El diseño de los personajes es sencillamente sorprendente, y lo mismo sucede con los distintos escenarios inspirados en la naturaleza. Así, texturas tan complejas como la del agua, presentan un nivel de realismo nunca visto hasta el momento en animación 3-D, ni siquiera en las superproducciones americanas de Pixar o Dreamworks. (Filasiete / Almudí AG-ER)