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Arrástrame al infierno

Arrástrame al infierno

Drag Me to Hell
  • Valoración moral: Desaconsejable
  • Año: 2009
  • Dirección: Sam Raimi
Contenidos S (algunas imágenes), D (humor negro) F (maldición, posesión diabólica)

Reseña:

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Dirección: Sam Raimi
Intérpretes: Alison Lohman, Justin Long, Lorna Raver, Dileep Rao, David Paymer, Adriana Barraza
Guión: Sam Raimi, Ivan Raimi
Música: Christopher Young
Fotografía: Peter Deming
Distribuye en Cine: Universal
Duración: 99 min.
Género: Terror

Maldición gitana 

    Tras ser un "niño bueno" durante el tiempo que ha dedicado a la trilogía de Spider-Man -que pronto conocerá una nueva entrega, faltaría más-, Sam Raimi vuelve a los orígenes, y entrega una película de terror gamberra con la que parece quitarse unos años de encima, recordando los viejos tiempos de Posesión infernal y secuelas. Le ayuda en la tarea Ivan Raimi, su hermano, que firma con él el guión, además de ser coproductor de la película. 

    Tras un prólogo terrorífico, que introduce con habilidad las ideas de maldición, posesión y arrastramiento al infierno, los traviesos hermanos Raimi nos plantean una escena de miedo en un lugar quizá insólito a primera vista, pero no tanto en realidad: la oficina de un banco de Los Ángeles. Allí trabaja Christine, una buena chica, con un prometido estupendo, Clay, y que aspira a un ascenso. 

    Tiene enfrente un duro rival, que hace la pelota al jefe todo el tiempo, además de ponerle zancadillas, siempre con una amplia sonrisa. De modo que cuando acude a ella la señora Ganush, una anciana gitana, suplicando que le prolongue el plazo de pago de la hipoteca, Christine, para ganar méritos ante su jefe, que la pone a prueba dejando la decisión en sus manos, rehusa ayudarla. 

    Como consecuencia será víctima de la maldición gitana de la Lamia, que tras hacerle padecer tormentos sin cuento durante tres días, debería concluir con Christine siendo arrastrada al infierno. Viendo que la cosa va en serio, Christine acude a un vidente para que le eche uno mano que anule la maldición, mientras su novio Clay se debate entre su racionalidad y el amor que siente por ella, que debería empujarle a creerla, sin más, incondicionalmente. 

    Tiene el film de los Raimi varios puntos a su favor. La película tiene un aire retro que agrada, desde su mismo inicio, con uno de los viejos logos en technicolor de la Universal. La atmósfera de terror está plenamente lograda, con pasajes muy a lo "poltergeist", de casas encantadas y objetos que se mueven, a lo que se momentos macabros de violencia paródica, no aptos para todos los paladares, siempre con un humor algo negro, por ejemplo con cierta mosca enredadora. 

    Y este aire está unido a una historia muy reconocible, la de Christine -muy bien escogida Alison Lohman para el papel protagonista-, una chica algo acomplejada por que es de campo, mientras que su prometido es de clase alta, y sus padres insoportablemente presuntuosos; que quiere ayudar a los demás, o es sensible con los animales, pero cuando es su felicidad la que está en juego, pone en primer lugar sus intereses personales. 

    De modo que la película adquiere forma de cuento con moraleja, Arrástrame al infierno es un fábula, donde la falta inicial de generosidad de Christine no va a quedar sin castigo. Eso sí, un cuento de humorada negra, a ratos cruel, bien rematado con el inteligente final.

    Sus excesos truculentos y su humor negro dan la traste con este regreso de Sam Raimi al terror gamberro de sus primeros trabajos. Se echa de menos el recurso a la oración cristiana. (Decine21 / Almudí JD-AC)