Dirección: Corneliu Porumboiu
Intérpretes: Ion Sapdaru, Mircea Andreescu, Teodor Corban, Cristina Ciofu, Luminita Gheorghiu, Lucian Iftime.
Guión: Corneliu Porumboiu
Música: Rotaria
Fotografía: George Dascalescu, Marius Panduru
Distribuye en Cine: Festival Films
Duración: 89 min.
Género: Comedia, Drama
Érase una vez la revolución
Se cumple el decimosexto aniversario de la caída del régimen comunista de Ceaucescu en Rumanía. Por este motivo, en una cadena de televisión local del este de Bucarest se emitirá un programa conmemorando este suceso. ¿Hubo una revolución por parte del pueblo, o simplemente el dictador huyó?
Para desvelar la verdad sobre el pasado son invitados dos curiosos y dispares personajes que vivieron en primera persona el histórico 22 de diciembre de 1989. En clave de humor, este film narra la vida cotidiana de estos dos ciudadanos en los momentos previos a su participación en el debate televisivo.
Piscoci, jubilado ex trabajador de una fábrica de leche, ahora ocupado comprando un nuevo traje para hacer de Papá Noel. El apático Manescu es el otro invitado del programa. Profesor de historia, su máxima preocupación es conseguir que su mujer no se entere de sus prolíficas deudas debido a su afición por el alcohol.
El director no ha querido imponerse como juez de la historia, sino que deja que los personajes protagonistas, con sus debilidades, tal como son, hablen por sí mismos. Bajo el tópico de héroes de la historia y protagonistas de la gloria revolucionaria se esconden un sinfín de secretos personales menos honrosos. Todo esto ocurre ante la mirada atónita del periodista, conductor del programa, que no sabe si reír o llorar ante un espectáculo fuera de lo convencional, con dos invitados atípicos poco acostumbrados a las cámaras.
¿Quién puede saber hoy qué ocurrió exactamente a las 12:08 horas de un día como aquél hace 16 años? Una situación sólo comparable al momento en el que se encienden las farolas en la ciudad. Acertada metáfora que sólo al final de la película cobrará su pleno significado.
Primera cinta de nacionalidad rumana que se estrena en nuestro país, ha sido galardonada con la Cámara de Oro de Cannes, además de recibir otros reconocimientos a nivel europeo. La película, bien interpretada y fotografiada, ayuda a comprender la grisura de la antigua Rumanía y sus reminiscencias en la moderna.
A pesar de sus puntos favorables, hay que contar con que se trata de un film de bajo presupuesto y de una gran sencillez en el proceso de producción. El guión puede parecer en alguna ocasión pobre, aunque es en cierta manera el reflejo de la vida diaria. Se trata de una película divertida, tierna y sencilla, a la vez que profunda. (Filasiete / Almudí JD-JM)