Durante la audiencia mensual que el Santo Padre realiza para hablar del jubileo ha recordado que hacer obras de misericordia es "un estilo de vida”
Texto de la catequesis del Papa en español
Queridos hermanos y hermanas:
La misericordia no es una palabra abstracta, sino un estilo de vida. Parafraseando las palabras del apóstol Santiago podemos decir: la misericordia sin obras está muerta por dentro.
La vida diaria nos permite palpar tantas exigencias con relación a las personas más pobres y vulnerables. Encontramos situaciones dramáticas de pobreza y parece que no nos afecta; todo continúa como si eso fuera normal.
Quien ha experimentado la misericordia del Padre no puede permanecer indiferente ante las necesidades de los hermanos. Las palabras de Jesús no admiten respuestas evasivas: tenía hambre y me has dado de comer; tenía sed y me has dado beber; estaba desnudo, enfermo, en la cárcel, era prófugo y me has asistido. No se puede dar largas a una persona que tiene hambre: es necesario darle de comer. Las obras de misericordia no son teoría, son testimonio concreto.
Doy gracias al Señor por mi reciente viaje a Armenia. Agradezco al Presidente de la República, al Catholicós Karekin II, al Patriarca y a los Obispos Católicos y a todo el pueblo armenio por acogerme como peregrino de fraternidad y de paz. Si Dios quiere, dentro de tres meses, viajaré a Georgia y Azerbaiyán. He decidido visitar estos países de la región del Cáucaso para apreciar sus antiguas raíces cristianas y alentar la esperanza y los caminos de paz.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, provenientes de España y Latinoamérica. Que María, Madre de Misericordia, nos ayude a dar espacio a la fantasía de la caridad para que el camino de la misericordia sea cada vez más concreto. Muchas gracias.
Texto completo de la catequesis del Papa traducida al español
¡Cuántas veces, durante estos primeros meses del Jubileo hemos oído hablar de las obras de misericordia! Hoy el Señor nos invita a hacer un serio examen de conciencia. Es bueno no olvidar nunca que la misericordia no es una palabra abstracta, sino un estilo de vida. Una persona puede ser misericordiosa o puede ser no misericordiosa; es un estilo de vida. Elijo vivir como misericordioso o elijo vivir como no misericordioso. Una cosa es hablar de misericordia, y otra es vivir la misericordia. Parafraseando las palabras de Santiago apóstol (cfr. 2,14-17) podemos decir: la misericordia sin obras estámuerta. ¡Es así! Lo que hace viva la misericordia es su constante dinamismo para ir al encuentro de las necesidades de quienes lo pasan mal espiritual y materialmente. La misericordia tiene ojos para ver, oídos para escuchar, manos para levantar.
La vida ordinaria nos permite tocar tantas exigencias que afectan a las personas más pobres y más sometidas a pruebas. A nosotros se nos pide esa atención concreta que nos lleva a darnos cuenta del estado de sufrimiento y necesidad en que se encuentran tantos hermanos y hermanas. A veces pasamos ante situaciones de dramática pobreza y parece que no nos importa; todo sigue como si nada, en una indiferencia que al final nos hace hipócritas y, sin que nos demos cuenta, acaba en una forma de letargo espiritual que vuelve insensible el alma y estéril la vida. La gente que pasa, que va por la vida sin advertir las necesidades de los demás, sin ver tantas necesidades espirituales y materiales, es gente que pasa sin vivir, es gente que no sirve a los demás. Acordaos bien: quien no vive para servir, no sirve para vivir.
¡Cuántos son los aspectos de la misericordia de Dios con nosotros! De la misma manera, cuántos rostros se dirigen a nosotros para obtener misericordia. Quien ha experimentado en su vida la misericordia del Padre no puede permanecer insensible a las necesidades de los hermanos. La enseñanza de Jesús que hemos escuchado no deja escapatoria: tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber: estuve desnudo, prófugo, enfermo, en la cárcel y me asististeis (cfr. Mt 25,35-36). No se puedentergiversar ante una persona que tiene hambre: hay que darle de comer. ¡Jesús nos dice eso! Las obrasde misericordia no son temas teóricos, sino testimonios concretos. Obligan a remangarse para aliviar el sufrimiento.
A causa de los cambios de nuestro mundo globalizado, algunas pobrezas materiales y espirituales se han multiplicado: demos, pues, espacio a la imaginación de la caridad para encontrar nuevos modos operativos. De ese modo, la vía de la misericordia será cada vez más concreta. Por tanto, a nosotros se nos pide estar vigilantes como centinelas, para que no pase que, ante la pobreza producida por la cultura del bienestar, la mirada de los cristianos se debilite y se vuelva incapaz de mirar lo esencial. Mirar lo esencial: ¿qué significa? Mirar a Jesús, ver a Jesús en el hambriento, en el encarcelado, en el enfermo, en el desnudo, en el que no tiene trabajo y debe sacar adelante una familia. Ver a Jesús en esos hermanos y hermanas; ver a Jesús en el que está solo, en el que se equivoca y necesita consejo, en el que necesita caminar con Él en silencio para que se sienta en compañía. Esas son las obrasque Jesús nos pide: ver a Jesús en ellos, en esa gente. ¿Por qué? Porque Jesús a mí, a todos, nos mira así.