La idea es sencilla: se trata de una “buena práctica” accesible, imitable y que nos puede ser de utilidad a todos
Más de una vez me pregunto si conducimos nuestra vida o es la vida la que “nos lleva”. ¿Nos paramos a pensarlo?
Déjame compartir contigo algo: no sé si eres médico, ama de casa, empresario, panadero, abogada del Estado, docente, periodista… ¡Qué más da! Hoy tenemos tú y yo, todos, una sencilla propuesta.
Quiero hablarte de la buena idea de un colegio de Valencia: el Parque Colegio Santa Ana.
La suya ha sido una de las ganadoras de la III Edición de los Premios ‘Grandes Profes, Grandes Iniciativas’, que concede la Fundación Atresmedia en su propósito de impulsar la excelencia educativa. Lo hace reconociendo y poniendo “el foco” en proyectos inspiradores, innovadores y de impacto llevados a cabo por profesores o centros educativos.
En este caso, se trata de uno de los enmarcados en la categoría ‘Grandes iniciativas en valores’: la propuesta ganadora ha sido ‘5 minutos que suman’.
¡Qué sencillo es a veces lo importante! O viceversa. La actividad que han puesto en práctica en ese cole −y que puedes trasladar al tuyo, pero también a tu negocio o a otros ámbitos…− consiste en implantar un espacio de 5 minutos al comienzo del día (¿quién no puede encontrar 5 minutos, aunque sea en otro horario?) para exponer un tema relacionado con los valores, apoyado en una charla o en algún contenido de medios audiovisuales.
Sabes que creo un poco en las píldoras de “tres minutos”. Y no está nada mal si además van acompañadas, al menos inicialmente, por similar dosis de análisis. A modo de “aperitivo”. No te digo nada, si luego te toca el corazón y te anda rondando y rondando el tema…
Esos espacios breves, como el que propone este colegio, mueven a chavales y mayores a la reflexión sobre asuntos muy diversos (no solo por sus contenidos, sino por sus valores), fomentan una mayor interiorización de los mismos y, cómo no, intensifican la relación entre el profesor y sus alumnos.
Como puedes constatar, la idea es sencilla: se trata de una “buena práctica” accesible, imitable y que nos puede ser de utilidad a todos.
Suele decirse eso de que la dirección es más importante que la velocidad. Pero no parece que siempre lo tengamos tan claro: hay muchas personas que van muy rápido a ningún lado… Como pollos sin cabeza. Quizás recuerdes el post Quo vadis? Sí, ese que empezaba con una divertida anécdota (haz clic aquí).
Sabes la importancia que en ‘Dame tres minutos’ tiene la difusión de valores, para tratar de animar a que cada uno −yo el primero− tiremos hacia arriba de nosotros mismos. ¡Aúpa!
Escribía el estadounidense Robert Collier que “inspirar a otros a crear su propia oportunidad es el regalo más grande que se pueda dar”.
Seguro que tenía en mente a su compatriota B. Franklin cuando dijo eso de que el maestro que intenta enseñar sin inspirar en el alumno el deseo de aprender está tratando de forjar un hierro frío.
En el colegio de Valencia se han puesto las pilas: quieren inspirar y… educar integralmente; y lo trabajan de forma sencilla y acorde a los medios que se nos ofrecen a día de hoy. Montan una especie de pausa, un “kit kat” inicial: para calentar motores. ¡Qué buena idea!
Hoy lo he escogido yo. Los demás, corren de tu cuenta. Aquí va:
Acabo ya. Con una advertencia: lo de analizar antes de actuar es imprescindible. Pero hacer, hay que hacer. Lo comento no solo porque cuando te escribo esto sea lunes… También, porque algunos tienen el problema inverso. No es que no se paren a pensar. Es que se paran pensando. Es lo que algunos dicen “por el análisis a la parálisis”. Y tampoco es eso.
Te recuerdo la anécdota que ya traje en su día a colación en el post “Mujeres y hombres: Educación en y para la igualdad”, que publiqué en Community of Insurance.
Este era un presidente al que su consejero de Industria le presentó todo un señor plan, en unos voluminosos tomos. No eran los tiempos de las TIC:
−Presidente, aquí tiene el plan de desarrollo, afirmaba mientras malamente sujetaba cuatro libracos.
−Muy bien, consejero. Ahora lo que toca es el desarrollo del plan, le respondió.
Pues eso, que hacen falta ambas cosas.
Pero lo de los cinco minutos, genial. Es un pequeño gran plan. ¡Y no tiene copyright! ¿Lo vas a aplicar en tu… vida, trabajo…?
Si te parece buena idea, puedes difundirla. ¡Es gratis!
Date cinco minutos, please!
José Iribas, en dametresminutos.wordpress.com.
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