Más de un centenar de personas asistieron, el pasado viernes 24 de febrero, a la gala de entrega del Premio Personaje y del Premio Familia de la asociación CinemaNet. El acto se celebró en el Hotel Velázquez, de Madrid, y a él acudieron Roberto Girault, director de El estudiante, ganadora del Premio Familia, y Paco Arango, director de Maktub, galardonada con el Premio Personaje.

      Entre los asistentes al acto, se encontraban también veteranos del mundo del cine como Rafael Gordon, Conrado Sanmartin, Antonio Giménez–Rico o Tony Isbert, y también personalidades de la sociedad civil, como el Presidente del Foro Español de la Familia, Benigno Blanco; el filósofo Alfonso López–Quintás, y representantes de varias universidades españolas. Asimismo, asistió la Encargada de Negocios de la Embajada de México en España, Francisca Escobar Méndez, que actualmente está cumpliendo la función de embajadora.

      Precisamente en la presentación del acto, el director de CinemaNet, Daniel Arasa, subrayó que se trataba de una noche “medio mexicana”, pues tanto Girault como Arango nacieron en ese país, aunque el segundo viva en España. Las dos películas tienen en común, además, el hecho de estar basadas en personas reales y ser la opera prima de sus respectivos directores.

"El cine, instrumento para la mejora de las personas"

      Arasa presentó los premios enmarcándolos dentro del resto de la labor de CinemaNet. «El cine —afirmó— es un arte que compendia otras artes, y un instrumento para la mejora de las personas. Creemos que podemos hacer mucho por el cine, y para mejorarlo; y también podemos usar el cine para la mejora de la sociedad».

      Sobre los premios, subrayó que «son mucho más modestos» que otros, pero «no competimos en la misma liga. Nosotros nos fijamos en otro parámetro», distinto a la calidad técnica: los valores, o, «mejor dicho, las virtudes» que las películas y sus personajes transmiten. Aludiendo a las palabras escritas en el trofeo del Premio Personaje —libertad, amistad, responsabilidad, sinceridad, laboriosidad, paz, alegría, constancia...—, Arasa afirmó que «eso es lo que queremos que haya en nuestros premios; es nuestro valor añadido».

“Amor, risas y ganas de vivir”

      Al recoger este trofeo, Paco Arango afirmó que esas palabras representan «lo que intentaba poner en mi película». Maktub narra cómo Antonio, un niño con cáncer, cambia la vida de las personas a su alrededor. Mª Ángeles Almacellas, profesora y miembro de CinemaNet, explicó la concesión del premio subrayando que Antonio tiene «una vitalidad, una madurez y un espíritu de superación impresionantes. Es el eje en torno al cual se mueven todos los personajes, que andaban perdidos y que gracias a él se van a encontrar a sí mismos, estableciendo lazos con los seres de su entorno». De la cinta, alabó su «mirada llena de ternura sobre el sufrimiento».

      En ese sentido, el mismo Arango compartió cómo, «donde más puedes maldecir a un universo o a un Dios injusto, que es cuando fallece un niño, es donde más he visto amor, risas, y ganas de vivir». No se refería sólo a la experiencia de rodar Maktub, sino a su labor como presidente de la Fundación Aladina, dedicada a ayudar a niños con cáncer. Arango recibió el premio de manos de la representante de la Embajada de México, quien afirmó que, «sin duda, el trabajo que están haciendo está cambiando el mundo. Les felicito, no es fácil hacer y apoyar un cine así».

      Uno de los momentos más emotivos de la velada fue cuando Arango recibió el agradecimiento y un fuerte abrazo de una profesora de Enfermería y tía de una adolescente que, a los tres años, fue tratada de leucemia en el Hospital Niño Jesús. En su testimonio, esta profesora recordó los duros momentos que vivió entonces su familia, haciéndose preguntas como «por qué le ha tenido que tocar al más pequeño e indefenso, o por qué unos se quedan en el camino y otros salen adelante». Gracias al personal del hospital y a la labor de voluntarios como Paco Arango, al que conocieron allí, hoy su sobrina «guarda un recuerdo precioso del hospital». De hecho, asegura que «fueron los mejores años de mi vida».

      Desgraciadamente, por parte de la otra ganadora del Premio Personaje, la película Criadas y señoras, no pudo acudir nadie a recoger el galardón. Sin embargo, sí se le dedicó un momento durante la gala. Ninfa Watt, crítica de cine y profesora de la Universidad Pontificia de Salamanca, explicó que el premio se otorgaba al personaje de Aibileen, la criada negra. Es «una mujer fuerte, tierna, valiente y que lo tiene todo en contra. Movida por la humanidad y por la fuerza de la fe y de su coraje, da un paso adelante, y está dispuesta a pagar el precio que tienen la justicia y la dignidad».

Un “bolero fílmico”

      El Premio Familia se lo entregó a Roberto Girault el presidente del Foro Español de la Familia, Benigno Blanco. La presentó Jerónimo José Martín, presidente del Círculo de Escritores Cinematográficos, que afirmó que, con El estudiante, Roberto Girault «ha inventado un nuevo género, el bolero fílmico». Esta cinta no elude temas como los embarazos imprevistos o la drogadicción, pero los trata «desde una mirada luminosa, alegre, y cristiana sin complejos».

      También valoró que la película dé una imagen diferente de México, porque en ese país sí hay narcotráfico y violencia, pero «también existen ciudades preciosas como Guanajuato, con esos ancianos maravillosos, esos caballeros andantes», añadió, en referencia a la presencia del Quijote en toda la película. En definitiva, El estudiante «saca brillo a toda la cultura hispánica».

      Su director, Roberto Girault, dedicó gran parte de su intervención a mostrar su agradecimiento a toda su familia, a su esposa e hijos y a sus padres y hermanos. «Gracias a ellos, a la formación y la experiencia de vida que tuve con ellos, pude escribir y dirigir ‘El estudiante’. Todos creamos a partir de nuestra experiencia, por eso la familia tiene un papel tan importante». Subrayó la importancia del cine, que «no sólo entretiene, sino que deja huella en el alma». Por eso, quienes se dedican a él están «en un lugar privilegiado, al que nos tenemos que acercar con mucha humildad».

      Clausuró la velada don Alfonso López-Quintás, filósofo y fundador de la Escuela de Pensamiento y Creatividad, quien subrayó la importancia de «fomentar los valores en un momento como éste, confuso y un tanto desquiciado. El verdadero quicio a la existencia del hombre es el verdadero amor, el verdadero encuentro. Cuando uno se sitúa en la verdad, desborda sentido y, entonces, se siente inmensamente feliz». Por eso, «formar para los valores es formar para la felicidad».

M. Martínez

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