vaticaninsider.lastampa.it (Entrevista de Andrea Tornielli)
«El Papa no viaja para bendecir, contrastar o cambiar regímenes políticos, sino para indicar el deber de la nueva evangelización, siendo bien consciente de que esta es la contribución más fecunda que la Iglesia puede dar al futuro de estos países»
Las vísperas del viaje de Benedicto XVI a México y Cuba, Guzmán Carriquiry, secretario de la Pontifica comisión para América Latina, habla de las expectativas de la visita
«El que está a punto de comenzar, es un viaje importantísimo, y no dudo de que los mexicanos vayan a acoger con gran entusiasmo y afecto a Benedicto XVI...». El profesor, Guzmán Carriquiry, uruguayo trasladado a Roma desde hace ya muchísimos años, es el secretario de la Pontificia comisión para América Latina, además del laico que ha alcanzado el grado más alto en el organigrama de la Santa Sede. A él, uno de los expertos más preparados sobre América Latina, Vatican Insider le ha pedido que presente el ya inminente viaje del Papa Ratzinger a México y a Cuba, que iniciará la próxima semana.
Es el primer viaje de Benedicto XVI a un país latinoamericano de lengua hispánica. Para usted, este viaje a México y Cuba, ¿llega demasiado tarde?
No diría en absoluto que llega demasiado tarde. Todo lo contrario, me parece que llega precisamente en el momento justo: era importante que el Papa, tras el viaje a São Paulo de Brasil y Aparecida en el 2007, y antes del viaje con ocasión de la JMJ de Río de Janeiro en julio de 2013, visitara uno de los países hispanoamericanos que le habían invitado. El viaje que está a punto de iniciar es la segunda peregrinación de Benedicto XVI por América Latina, y está ya programado el tercero para el próximo año de nuevo a Brasil: me parece que esto puede ser un testimonio de la atención del Papa hacia este continente.
¿Por qué el Papa visitará solamente el estado mexicano de Guanajuato y no pasará por la capital federal visitando el santuario mariano de Guadalupe, al que acuden millones de personas?
Guanajuato es el único estado mexicano que nunca fue visitado por Juan Pablo II durante sus cinco viajes a este país. En ese estado, más del 90% de la población está bautizada en la Iglesia católica. El punto culminante será la misa celebrada a los pies del monte Jubilete, en un santuario al que los mexicanos están muy ligados. Respecto a Guadalupe, ha sido aconsejado al Papa que no pase por Ciudad de México a causa de la altitud. Pero no dudo que Benedicto XVI mostrará toda su veneración por la Virgen de Guadalupe: cuando era Cardenal, Ratzinger escribió sobre la importancia del acontecimiento de Guadalupe, que fundó la civilización mestiza del continente.
¿Por qué Juan Pablo II y ahora Benedicto XVI muestran esta atención particular hacia México?
Es un intercambio de atenciones: la prueba es la veneración que millones de personas han demostrado hacia lo que fue llamado el sexto viaje del Papa Wojtyla a México, en los últimos meses del 2011, cuando algunas reliquias del nuevo beato fueron llevadas por todo el país. Hay que decir que el pueblo mexicano ha recibido dones extraordinarios: vivió una epopeya evangelizadora que hizo encontrar la fe cristiana al nuevo pueblo mestizo nacido del encuentro-enfrentamiento de civilización entre los colonizadores españoles y los indígenas.
Y las apariciones de Guadalupe, de 1531, son el acontecimiento fundador de esta identidad. Todavía hoy se dice que los mexicanos católicos son el noventa por ciento, pero los mexicanos guadalupeños son el cien por ciento, por como ese acontecimiento se ha convertido en un elemento polarizador para el entero país y para su identidad nacional.
No tenemos que olvidar además que el catolicismo mexicano fue fortalecido por la persecución y regado con la sangre de los mártires. Es un catolicismo vivo y vivaz, que ha visto surgir el número mayor de órdenes religiosas y de movimientos desde finales del siglo XIX hasta nuestros días. El seminario de Guadalajara, con sus 900 candidatos al sacerdocio, es el mayor del mundo..., México es el lugar en el cual es más expresivo el catolicismo mestizo y popular que tiene profundas raíces y que representa al mundo hispanoamericano.
México reviste también un papel decisivo desde el punto de vista geopolítico: Es el puente entre Estados Unidos y América del Sur...
Es una gran frontera, que mira hacia el norte y hacia el sur, es el cruce de caminos de las relaciones entre las Américas, es el terreno de comparación y de enfrentamiento entre la expansión de los Estados Unidos, de matriz puritana y anglosajona, y los pueblos latinoamericanos. La comparación es política, económica, cultural y religiosa. Pensamos, a propósito de esta última, en los grupos evangélicos y en las formas de New Age que llegan de California.
Al mismo tiempo, el 60 % de los hispanos de Estados Unidos son mexicanos y mayoritariamente católicos: en los próximos años llegarán a ser la mitad de los católicos estadounidenses. Octavio Paz, mexicano, premio Nobel de literatura poco antes de morir se preguntaba cómo era posible que un país tan dependiente desde el punto de vista económico y financiero de las vicisitudes de Estados Unidos, hubiera conservado una identidad tan definida. Y contestaba: «La Virgen de Guadalupe ha sido mucho más antiimperialista que todos los políticos de México...», ya que creó los cimientos de la unidad y de la identidad del país.
Para usted, ¿cómo será acogido Benedicto XVI?
Con grandísimo afecto. Creo que será abrazado por el amor del pueblo mexicano. "México siempre fiel…".
¿Qué dirá el Papa a la Iglesia mexicana?
Esperemos ese momento. Creó que no dejará de recordar las situaciones de pecado representadas por las dramáticas bolsas de pobreza en el país, como la inaudita espiral de violencia desencadenada por los narcotraficantes. Cuestiones que interpelan la conciencia católica del país.
Hablamos de la segunda etapa del viaje, la de Cuba. La atención estará toda puesta en el encuentro entre el Papa y Fidel...
Muchos esperan que el país avance hacia la democracia. Pero la misión del Papa es confirmar y robustecer la fe de los pueblos que va a visitar. Aunque viva en la historia y abrace todas las circunstancias, la Iglesia no está definida por los retos políticos. El Papa no viaja para bendecir, contrastar o cambiar regímenes políticos, sino para indicar el deber de la nueva evangelización, siendo bien consciente de que esta es la contribución más fecunda que la Iglesia puede dar al futuro de estos países. El Papa estará en Santiago de Cuba el día de la fiesta de la Anunciación y celebrará la misa conclusiva de los 450 años de la Virgen del Cobre, la patrona de Cuba, cuya imagen ha recorrido 24.000 kilómetros por todo el país y ha sido expuesta en lugares públicos, en las plazas, en las casas.
¿Y el encuentro con Fidel Castro?
La atención mediática se concentrará allí. Pero los momentos sobresalientes del viaje serán aquellos en los que el pueblo cubano será el protagonista de las celebraciones eucarísticas presididas por el Papa. Yo no haría muchas suposiciones sobre lo que el Papa y Fidel se dirán y que se mantendrá en el terreno del diálogo de persona a persona.
¿Cree que las autoridades cubanas podrían instrumentalizar la visita?
Eventuales instrumentalizaciones serían marginales en un acontecimiento nacional y popular de esta importancia y creo que las autoridades del país tienen un sincero interés en que todo esto salga lo mejor posible. Hay que recordar que la Iglesia cubana, como también la Santa Sede, actualmente mantienen buenas relaciones con las autoridades políticas cubanas.
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