Mons. Javier Echevarría viajó a Perú el pasado mes de julio. Este es un resumen de los encuentros que mantuvo con diferentes públicos.
En el pueblo de Cañete, y yo como su alcalde, queremos nombrarlo huésped ilustre y darle la llave de la ciudad.
Todo este cariño vuestro, que agradezco con toda el alma, es cariño, afecto y oración por este sacerdote santo, que supo amar a todo el mundo y puso su corazón en San Vicente de Cañete y Yauyos. ¡Cuánto ha rezado por vosotros! ¡Cuánto os ha querido aquí en la tierra! ¡Y cuánto reza por cada uno desde el Cielo!
En Vallegrande me han enseñado que a través de mi trabajo estoy amando a Dios cada día. Padre, mi pregunta: ¿qué debo hacer para que mucha gente valore este tipo de trabajo y se den cuenta de que se puede hacer con profesionalidad cuando cuidamos los detalles?
Muy bien, me da mucha alegría, que Dios te bendiga. Tú eres, porque así lo ha querido Dios, un testimonio de eso que San Josemaría repitió durante toda la vida: que no hay profesiones que no sean importantes. A todos los que estáis aquí os digo: acompañad al Señor todo lo que podáis. Una prolongación del amor a la Eucaristía es querer a su Vicario en la tierra. Que no falte en vuestro día una oración por el Papa. Ahora mismo, podéis estar diciendo: "Señor, ¡ayuda al Papa!", y eso ya es oración, fijaos qué fácil. Ayudadle porque os quiere con toda el alma.
Usted que estuvo tan cerca de san Josemaría, ¿puede decirnos qué esperaba de los alumnos de esta Universidad?
Esperaba que fueseis mujeres y hombres cristianos, de una pieza. Que paséis por esta Universidad formándoos profesionalmente, pero sabiendo que hay una coordinación total entre razón y fe, entre ciencia y fe, y que la fe tiene que informar toda nuestra vida. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Que Dios os bendiga! Peruanas y peruanos, ¡quereos mucho! Quereos mucho pasando por la cruz. Pasando por ese amor de Dios que nunca os abandonará. Y si alguna vez le hemos dejado, podemos volver a Él a través del sacramento de la Confesión. Haced apostolado de la confesión, haced apostolado viviéndola.
Mi nombre es Germán, Padre. He trabajado en la Universidad de Piura 20 años y desde hace 3 trabajo en el campus de Lima. Me gustaban mucho los libros y por ello visitaba con frecuencia la biblioteca central de la universidad así que al final me enamoré de la bibliotecaria...
¡Ya ves qué caminos tiene el Señor!
... que también es hija suya, y me casé con ella. Tenemos siete hermosos niños. El último es el mejor, Joaquín. Cuando nació el médico me comunicó que tenía síndrome de Down y tiene también algunos rasgos autistas. Entre todos nos turnamos cada día para atenderlo, pero a veces él nos gana con sus travesuras, y realmente, aunque todos lo amamos mucho, nos da bastante trabajo. ¡Él sólo es cómo otros tres niños, Padre! Padre, ¿cómo podemos ver la mano de Dios detrás de este hijo, y qué les puedo decir a mis hijos para que ellos tengan paciencia y ánimo con su hermano? A veces mi esposa Avi y yo nos imaginamos ver a Joaquín ya curado, y nos damos cuenta de que eso será ya en la otra Vida, en el Cielo. Todos nosotros le queremos mucho, Padre.
Gracias, porque nos habéis dado un testimonio de auténtico sentido cristiano, de auténtico sentido materno y paterno. Yo me uno a este aplauso. Diles a los niños que tengan paciencia, que el Señor les ha hecho a ellos normales para que quieran más a su hermano, que el Señor les ha dado cualidades que su hermano no tiene para que las pongan a su servicio. Así crecerán fuertes, amables y servidores. No dudéis ni tú ni tu esposa que ese hijo es una verdadera bendición. Que tú y tu esposa Avi con vuestros hijos miréis a esa criatura como un don de Dios, para que viváis cristianamente y así podáis ayudar con disponibilidad a todas las necesidades de ese hijo. Queredle porque todos estamos necesitados. Y viendo cómo le amáis podéis fomentar en la gente la idea de no dejarse llevar por el egoísmo, por encerrarse en el propio yo. Y después te sugiero que ya que te has casado con la bibliotecaria, cada vez que veas un libro, piensa: "¡Qué estupendo! ¡Este fue el motivo de que yo encontrara a mi media naranja!". Os doy la bendición con toda mi alegría, pidiéndoos que seáis mujeres y hombres llenos del optimismo cristiano, porque cristiano es mujer u hombre que tiene la alegría de Dios. Si perdemos esa alegría, volvamos a Dios a través de la Virgen, que hoy es su fiesta.
Que el Señor esté en vuestros labios, en vuestros corazones, en vuestra alegría... ¡en vuestros matrimonios! En que os queráis más y hagáis una labor de apostolado que sea continua. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Gracias a todos!
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