Un mensaje viejo como el Evangelio, y como el Evangelio nuevo
"Para todo bautizado que quiera seguir fielmente a Cristo, la fábrica, la oficina, la biblioteca, el laboratorio o las paredes domésticas pueden transformarse en lugares de encuentro con el Señor, que decidió llevar una vida oculta durante treinta años".
VIDEO: Vídeo con imágenes de la homilía del Campus (8 de octubre de 1967)
AUDIO: "Amar al mundo apasionadamente" (voz de San Josemaría)
PDF: "Amar al mundo apasionadamente"
«¿Puede alguien dudar que los años de Jesús en Nazaret no fuesen ya parte integrante de su misión salvadora?», así continuaba Juan Pablo II su resumen de las enseñanzas de San Josemaría en el centenario de su nacimiento. Enseñanzas que se plasman de manera muy gráfica en una homilía que el fundador del Opus Dei pronunció en 1967 en la Universidad de Navarra, y que tituló "Amar al mundo apasionadamente".
Martín Rhonheimer, Profesor de Ética y Filosofia Política en la Pontificia Universidad de Santa Cruz en Roma, en un breve comentario sobre esta homilía, destaca que «San Josemaría expone de manera casi programática lo que el espíritu que, por voluntad divina, iba predicando desde el 2 de octubre 1928 tiene como más propio, original y específico. El mensaje de la homilía se condensa en esta frase lapidaria: No hay otro camino, hijos míos: o sabemos encontrar en nuestra vida ordinaria al Señor, o no lo encontraremos nunca"».
Y resalta la tremenda novedad del mensaje del fundador del Opus Dei: «La vida ordinaria es lugar de encuentro con Dios y camino de santidad. Esto es lo que se había olvidado desde siglos. San Josemaría lo llamaba viejo como el Evangelio, y como el Evangelio nuevo».