En la conmemoración del aniversario de las JMJ
El Papa respondió el jueves a las preguntas de tres jóvenes en la Plaza de San Pedro: "¿Qué puedo hacer con mi vida para que sea hermosa y grande?"; "¿Qué significa que Jesús nos mira con amor? ¿Se puede vivir esta experiencia hoy?" y "¿Cómo puedo encontrar la fuerza para tomar decisiones valientes y quién me puede ayudar?".
"En primer lugar respondió Benedicto XVI ante los 70.000 jóvenes congregados no desperdicies la vida, vívela con profundidad, y no vivas para ti mismo".
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El encuentro de oración, meditación y diálogo con el Papa conmemoraba el aniversario de las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ), instituidas por Juan Pablo II en 1985. Algunas personas dieron también testimonio de su fe y hubo, además, cantos y danzas. La Plaza permaneció en silencio durante la entrada de la Cruz de las JMJ, llevada en procesión, con antorchas, y acompañada de la imagen de la Virgen "Salus Populi Romani".
A su llegada a la Plaza de San Pedro, Benedicto XVI dio las gracias a los jóvenes por su presencia, su "maravilloso testimonio de fe" y su "entusiasmo por seguir a Jesús". Después respondió a las preguntas de tres participantes en el encuentro.
A la primera pregunta, "¿Qué puedo hacer con mi vida para que sea hermosa y grande?" respondió el Papa:
«Dios ha querido mi vida desde la eternidad. Soy amado y necesario. Dios tiene un proyecto conmigo en la totalidad de la historia. Por eso, el punto de partida es tratar de conocer a Dios. Después lo esencial es el amor. Los diez mandamientos son sólo una forma explícita del mandamiento del amor. Son, por decirlo así, reglas del amor con puntos esenciales: la familia, como fundamento de la sociedad, la vida que hay que respetar como don de Dios; el orden de la sexualidad, de la relación entre hombre y mujer; el orden social y, finalmente, la verdad. La perfección, es decir, ser bueno, vivir la fe y el amor, es sustancialmente una, pero de formas diversas. Encontrar la vocación y vivirla en cualquier lugar es fundamental, tanto si soy un científico como un campesino».
"¿Qué significa que Jesús nos mira con amor? y ¿se puede vivir esta experiencia hoy?", fue la segunda pregunta.
«Creo que sí afirmó el pontífice, el Señor está siempre presente y nos mira a todos con amor, pero tenemos que encontrar esta mirada. El primer paso es conocer a Jesús tal y como aparece en los Evangelios», pero además, «no sólo en el ámbito académico y teórico, sino con el corazón, hablar con él en la oración. Es necesaria la razón, pero también el corazón. Los elementos clave son escuchar, responder, entrar en la comunidad de creyentes, la comunión con Cristo en los sacramentos, la eucaristía y la confesión, y realizar las palabras de la fe para que sean la fuerza de mi vida».
"¿Cómo puedo encontrar la fuerza para tomar decisiones valientes y quién me puede ayudar?", fue la tercera pregunta:
«Partimos de una palabra difícil para nosotros: renuncias», dijo Benedicto XVI. «Pero incluso en el ámbito profesional la realización no se puede lograr sin la preparación adecuada, que siempre requiere disciplina. También el arte de ser humano exige sacrificios», que «están indicados en la palabra de Dios y nos ayudan a no caer en el abismo de las drogas, el alcohol, la esclavitud de la sexualidad, del dinero, de la pereza. Renunciar a la tentación del momento, proseguir hacia el bien, crea la verdadera libertad y hace valiosa la vida. Creo que tendríamos que pensar que sin un "no" a algunas cosas no hay un "sí a la vida verdadera"», concluyó el Papa.
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