El Papa quisiera entregárselo a toda persona que quiera conocer a Jesucristo
CIUDAD DEL VATICANO, martes, 28 junio 2005 (ZENIT.org).- Benedicto XVI presentó este martes en una celebración litúrgica en el Vaticano con palabras de evidente satisfacción el «Compendio» del Catecismo de la Iglesia Católica, preparado por una Comisión presidida por el cardenal Joseph Ratzinger.
En el acto, el Santo Padre confesó su deseo de entregar este «Compendio» «a toda persona de buena voluntad, que desee conocer las insondables riquezas del misterio salvífico de Jesucristo».
«No se trata de un nuevo Catecismo, sino del "Compendio", que refleja fielmente el "Catecismo de la Iglesia Católica", publicado por indicación de Juan Pablo II en 1992.
Recibieron de manos de Benedicto XVI el catecismo varias personas en representación de las diferentes categorías del Pueblo de Dios: un cardenal --Cristoph Schönborn, arzobispo de Viena y redactor del «Catecismo»--, un obispo --el arzobispo Angelo Amato, secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe--, un presbítero, un diacono, un religioso, una religiosa, una familia --padre, madre e hija--, dos jóvenes, dos adolescentes, tres catequistas, y un agente pastoral.
En su intervención, el Papa explicó que, tras la publicación del Catecismo «se hizo cada vez más amplia e insistente la exigencia de un catecismo en síntesis, breve, que presentara todos y sólo los elementos esenciales fundamentales de la fe y de la moral católica, formulados de manera sencilla, accesible a todos, clara y sintética».
Esta necesidad, señaló, se hizo patente en el Congreso Catequístico Internacional de 2002, cuyos participantes pidieron a Juan Pablo II la publicación del «Compendio».
Juan Pablo II decidió en febrero de 2003 encargar la redacción a una comisión, presidida por el entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Ratzinger.
«Han sido dos años de intenso y provechoso trabajo, que ha involucrado también a todos los cardenales y presidentes de las conferencias episcopales, quienes interrogados sobre uno de los últimos proyectos del "Compendio" expresaron, por amplísima mayoría, una valoración muy positiva», reveló el mismo pontífice.
Al presentar la fórmula de preguntas y repuestas para el «Compendio», el Papa busca «replantear un diálogo ideal entre el maestro y el discípulo, mediante una secuencia apremiante de interrogantes, que involucran al lector, invitándole a continuar en el descubrimiento de aspectos siempre nuevos de la verdad de su fe».
«El género de diálogo, además, ayuda a abreviar notablemente el texto, reduciéndolo a lo esencial. Esto podría favorecer la asimilación y la posible memorización de los contenidos, añadió.
El obispo de Roma deseó, en definitiva, que el «Compendio» «dé un nuevo empuje a la evangelización y a la catequesis».
«Motu proprio» de aprobación del «Compendio» del «Catecismo de la Iglesia Católica», De Benedicto XVI
CIUDAD DEL VATICANO, martes, 28 junio 2005 (ZENIT.org).- Publicamos el «motu proprio» firmado por Benedicto XVI para la aprobación y publicación del «Compendio» del «Catecismo de la Iglesia Católica».
* * *
A los Venerables Hermanos Cardenales, Patriarcas, Arzobispos, Obispos,
Presbíteros, Diáconos y a todos los Miembros del Pueblo de Dios
Hace ya veinte años comenzaba la preparación del «Catecismo de la Iglesia Católica», a petición de la Asamblea extraordinaria del Sínodo de los Obispos celebrada con ocasión del vigésimo aniversario de la clausura del Concilio Ecuménico Vaticano II.
Agradezco infinitamente a Dios Nuestro Señor el haber dado a la Iglesia este «Catecismo», promulgado en 1992 por mi venerado y amado Predecesor, el Papa Juan Pablo II.
La gran utilidad y valor de este don han sido confirmados, ante todo, por la positiva y amplia acogida que el «Catecismo» ha tenido entre los obispos, a quienes se dirigía en primer lugar, como texto de referencia segura y auténtica para la enseñanza de la doctrina católica y, en particular, para la elaboración de catecismos locales. Pero una ulterior confirmación ha venido de la favorable y gran acogida dispensada al mismo por todos los sectores del Pueblo de Dios, que lo han podido conocer y apreciar en las más de cincuenta lenguas a las que, hasta el momento, ha sido traducido.
Ahora, con gran gozo, apruebo y promulgo el «Compendio» de este «Catecismo».
Dicho «Compendio» había sido vivamente deseado por los participantes al Congreso Catequístico Internacional de octubre de 2002, que se hacían así intérpretes de una exigencia muy extendida en la Iglesia. Acogiendo este deseo, mi difunto Predecesor decidió su preparación en febrero de 2003, confiando la redacción del mismo a una restringida Comisión de Cardenales, presidida por mí y ayudada por un grupo de expertos colaboradores. Durante el desarrollo de los trabajos, el proyecto de este Compendio fue sometido al juicio de los Eminentísimos Cardenales y los Presidentes de las Conferencias Episcopales, que en su inmensa mayoría lo han acogido y valorado favorablemente.
El «Compendio», que ahora presento a la Iglesia Universal, es una síntesis fiel y segura del «Catecismo de la Iglesia Católica». Contiene, de modo conciso, todos los elementos esenciales y fundamentales de la fe de la Iglesia, de manera tal que constituye, como deseaba mi Predecesor, una especie de vademécum, a través del cual las personas, creyentes o no, pueden abarcar con una sola mirada de conjunto el panorama completo de la fe católica.
El «Compendio» refleja fielmente, en su estructura, contenidos y lenguaje, el «Catecismo de la Iglesia Católica», que podrá ser mejor conocido y comprendido gracias a la ayuda y estímulo de esta síntesis.
Entrego, por tanto, con confianza este «Compendio» ante todo a la Iglesia entera y a cada cristiano en particular, para que, por medio de él, cada cual pueda encontrar, en este tercer milenio, nuevo impulso para renovar el compromiso de evangelización y educación de la fe que debe caracterizar a toda comunidad eclesial y a cada creyente en Cristo de cualquier edad y nación.
Pero este «Compendio», por su brevedad, claridad e integridad, se dirige asimismo a toda persona que, viviendo en un mundo dispersivo y lleno de los más variados mensajes, quiera conocer el Camino de la Vida y la Verdad, entregado por Dios a la Iglesia de su Hijo.
Leyendo este valioso instrumento que es el «Compendio», gracias especialmente a la intercesión de María Santísima, Madre de Cristo y de la Iglesia, puedan todos reconocer y acoger cada vez mejor la inagotable belleza, unicidad y actualidad del Don por excelencia que Dios ha hecho a la humanidad: Su Hijo único, Jesucristo, que es «el Camino, la Verdad y la Vida» (Jn 14, 6).
Dado en Roma, junto a San Pedro, el 28 de Junio de 2005, víspera de la Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, año primero de mi Pontificado.
BENEDICTUS PP XVI
[Traducción del original italiano distribuida por la Santa Sede]
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