almudi.org Los expertos afirman que la Cienciología es una secta que «engancha para sacar dinero»
Francia y Alemania la
consideran «muy peligrosa», pero en España acaba de abrir una sede
Se presentan como «la
religión del siglo XXI» y cuentan con unos impresionantes recursos económicos y
mediáticos. La Iglesia de la Cienciología intenta asentarse en nuestro país
aprovechando la enorme desinformación que existe en la sociedad, aunque en
realidad, se...
almudi.org Los expertos afirman que la Cienciología es una secta que «engancha para sacar dinero»
Francia y Alemania la
consideran «muy peligrosa», pero en España acaba de abrir una sede
Se presentan como «la
religión del siglo XXI» y cuentan con unos impresionantes recursos económicos y
mediáticos. La Iglesia de la Cienciología intenta asentarse en nuestro país
aprovechando la enorme desinformación que existe en la sociedad, aunque en
realidad, según los expertos, es una secta que embauca a su adeptos y obtiene
enormes cantidades de dinero. Para ello se sirven de teorías confusas, un
lenguaje pseudo científico y una estética cristiana. Manuel Guerra y Juancho
Domínguez, dos de los mejores especialistas en sectas de España, explican a LA
RAZON los peligros de sus terapias.
LA RAZÓN, José Antonio Méndez
(29/09/04) .-
Madrid- Ofrecen éxito, paz, autocontrol, salud permanente, poder, carisma y una
interminable lista de utopías que sólo se pueden alcanzar a través de sus
terapias. La Iglesia de la Cienciología, «la religión del siglo XXI», como ellos
prefieren denominarse, acaba de estrenar una nueva sede en Madrid, desde donde
controlan todas sus «actividades salvíficas» que, según los expertos, sólo
tienen un resultado: vaciar el cerebro y el bolsillo de los adeptos. Al más puro
estilo Holliwood, Tom Cruise inauguró la semana pasada el nuevo centro, un
espectacular y lujoso edificio situado a unos doscientos metros del Congreso de
los Diputados. Expertos inmobiliarios consultados por LA RAZÓN han tasado el
edificio en torno a los 18 millones de euros (más de tres mil millones de
pesetas), dato que da una orientación de la ingente cantidad de dinero que
maneja la Asociación Española de Dianética (como están registrados legalmente).
De hecho, según los especialistas, éste es su principal y verdadero objetivo. A
través de una serie interminable de cursillos de formación cada vez más
costosos, seminarios, sesiones de psicoanálisis y la venta de los libros del
fundador –L. R. Hubbard–, los cienciólogos obtienen de sus adeptos cantidades
que pueden superar los 80.000 euros –más de trece millones de pesetas–. Según
Manuel Guerra, uno de los mayores especialistas en sectas de España, «la Iglesia
de la Cienciología engancha a las personas en sus momentos más débiles para
hacerlos miembros de su religión y obtener dinero». Juancho Domínguez,
presidente de la asociación RedUNE para el estudio y prevención de las sectas,
afirma además que sus métodos son «manipuladores y totalitarios, pero
disfrazados siempre de respetuosos y educados». Sus promesas se sostienen en dos
teorías: la Dianética y la Cienciología. La línea que separa una de otra es tan
confusa como todo lo que rodea a la secta, pues uno de sus métodos de captación
consiste en emplear terminologías ambiguas, vocablos científcos, mezclar
filosofías orientales como el tahoísmo, el budismo y el hinduismo, adoptar una
estética cristiana y un largo etcétera de imprecisiones. Así, la Dianética
podría definirse como el método que ayuda al hombre a liberarse de todas sus
afecciones psicológicas y todo rastro de dolor –lo que ellos llaman «engramas»–
que almacena en su memoria. La Cienciología, por su parte, es la filosofía
religiosa aplicada a la Dianética y destinada «al completo mejoramiento de la
persona». Es decir, aquello que convierte a la Dianética en una religión: la
religión de la Iglesia de la Cienciología. Tanto una como otra sólo pueden ser
estudiadas a través de los libros de Hubbard y de las terapias que se imparten,
de forma cerrada, en los centros. El primer paso de la terapia es la realización
de un test que, invariablemente, muestra la necesidad de cualquier sujeto por
entrar en la Iglesia y solucionar sus problemas. A partir de ahí, se requiere de
varias sesiones, o «audiciones», en las que un experto, denominado «auditor»,
libera al paciente de sus engramas, haciéndoselos revivir una y otra vez. Para
ello utiliza el «E-Metro», una especie de detector de mentiras con el que, según
Guerra, «obtienen información personal que luego pueden usar para presionar a
quien quiera abandonar la secta». Después de muchas y muy costosas sesiones, y
cuando esto se consigue con todos los engramas del adepto, éste pasa a ser un «clear»
o «aclarado», totalmente inmune a enfermedades psicosomáticas, al fracaso, la
depresión y el dolor. Sin embargo, hasta la fecha nunca han podido aportar
resultados científicos fiables ni demostrar la existencia de ningún «clear». Es
más, según los expertos, esas terapias practicadas con toxicómanos en los
centros de Narconor pueden llegar a ser perjudiciales.