"Soy tetrapléjica, no puedo ver,
hablar, ni respirar, pero pido ayuda para vivir"
Olga recibe la Medalla de
Oro de La Rioja. Sus dos primeros libros.
Olga Bejano, conectada desde hace 21 años a un respirador, cuenta su pasión por seguir adelante.
8.9.04 LA RAZÓN
Olga Bejano nada a contracorriente desde 1987, cuando su glotis
se paralizó y sufrió una parada cardiaca por asfixia. Entró en coma
profundo, estuvo clínicamente muerta y tuvo la "experiencia del túnel".
Tenía 23 años. Ahora tiene 41 y no ve, no se mueve, ni habla, ni puede
comer. Es tetrapléjica y sigue viva gracias a un respirador artificial. Pero
oye, siente y piensa, su agilidad mental es extraordinaria y se comunica,
gracias a su enfermera, a través de una serie de garabatos ininteligibles. A
través de ellos Olga ha expresado a LA RAZÓN sus ganas de seguir adelante y
pide más medios para vivir.
A través del teléfono, que atiende su enfermera, se puede escuchar la vida de Olga abriéndose paso a través del respirador. Sin él hace tiempo que Olga habría regresado a aquella paz y aquella "Luz" que vio durante su "experiencia del túnel", cuando en 1987 entonces era decoradora de interiores y fotógrafa se cerró su glotis y entró en coma.
"Olga te escucha", me asegura su enfermera. Le formulo las
preguntas y ella va leyendo, interpretando sílaba a sílaba los garabatos que
Olga escribe en el papel. Es tetrapléjica, no ve, no habla ni come, pero su
lucidez es absoluta.
Le pregunto si está al tanto del debate que ha surgido sobre la eutanasia a raíz del "rescate" del caso de Ramón Sampedro en la película "Mar Adentro" de Amenábar. "Sí, claro, lo sabe, lo sabe...", me asegura la enfermera, que a partir de ahora "lee" en primera persona las sílabas que nacen de los imperceptibles movimientos de la mano de Olga.
¿Conociste a Ramón Sampedro,
Olga?
Sí, le conocí. Nos carteamos dos veces. Le dije que si él
tuviera más medios, seguramente querría vivir. Él me dijo que no podía
entender cómo yo quería seguir viviendo, y que ni con veinte enfermeras, ni
con silla de ruedas eléctrica, ni con ordenador ni con nada. Que él no
quería vivir.
¿Qué le respondiste?
Le envié mi "Carta contra la eutanasia", pero él dijo que ese
era sólo mi punto de vista. Yo le respondí que tenía tantas ganas o más que
él de irme, pero que al contrario que él, yo era creyente y quería que Dios
decidiera cuál era mi día y mi hora. Ramón Sampedro luchó por lo que quería
y lo consiguió, y yo, aunque estoy en contra de la eutanasia, respeto a los
demás y no impongo a nadie mis principios. Porque el primero que nos hace
libres es Dios.
¿Qué te empuja a vivir, Olga?
Dios. Todo lo que soy lo he recibido de Él.
¿Qué quieres decirle a tanta gente que sin saber lo que es el
sufrimiento pretende legislar el de los demás?
Que nadie puede saber lo que es capaz de aguantar hasta que
la vida no te pone el toro delante. Yo soy tetrapléjica, vivo gracias a un
respirador, pero pido otra clase de ley. Una ley que regule y disponga más
ayudas para los tetrapléjicos. A mí me cuidaban mis padres y mi enfermera,
pero al fallecer mi padre, mi madre no puede con todo. Y yo no puedo ir a
vivir a ningún tipo de residencia, sólo puedo vivir en una UCI, y eso sería
una crueldad. El otro día se me estropeó el respirador, la enfermera había
salido un momento, casi no lo cuento. Necesitamos más ayuda.
Olga, ¿eres feliz?
¡Por supuesto que soy feliz! Tengo mucho sentido del humor,
la gente que me conoce nunca me ve llorar. ¿Sabe lo que decía mi abuela
materna? Que las lágrimas no son fértiles. Y yo, como verá, soy un vegetal
muy activo... ¡Estoy escribiendo mi tercer libro!
Extracto de la "Carta en contra de la eutanasia"
"Creo que, debido a mi situación, puedo hablar viendo el
problema desde el centro de la plaza y con el toro delante, no desde la
barrera. [...] Me llamo Olga. Padezco una enfermedad neuromuscular grave,
desconocida, progresiva y sin ningún tratamiento. [...] Mi vida es, desde
hace ocho largos años, malestar físico, obstáculos, limitaciones, problemas
hospitalarios, familiares, burocráticos... En una palabra: sufrimiento. Pero
este sufrimiento si uno llega, como yo, a entenderlo, es una lección
constante que ayuda a madurar y a superarse.
Soy católica, siempre he creído en Dios, en la existencia
del alma y en que cuando uno muere no termina ahí su vida. Cuando estuve en
coma, tuve la suerte de tener la famosa experiencia del "túnel". Esto
transformó mi vida. Desde entonces, no tengo ningún miedo a la muerte,
porque sé que cuando uno se va, allí se siente mucho placer y bienestar.
[...] Está claro que mi hora no había llegado, y yo no soy quién para
alterar el destino y mucho menos los planes de Dios.
Vivimos en una sociedad en la que priman el placer y lo
material, pero el sufrimiento y la muerte vienen incluidos en la vida,
forman parte de ella. Soy partidaria de luchar, no de "huir" [...] por eso
lucharé hasta el final. Respeto y entiendo a los que se dan por vencidos y
no creen en nada; pero yo, cuando llegue al "otro lado", quiero tener la
sensación de llevar mis deberes cumplidos [...] La mentalidad de que sólo lo
biológicamente bueno vale la pena impide conocer grandes realidades humanas:
Beethoven compuso sus maravillosos cuartetos hasta el último momento;
Tiziano pintaba con casi noventa años, cuando apenas podía sujetar los
pinceles. Los defensores de la eutanasia olvidan que cada vida es única e
irrepetible y tiene todo el valor posible. Si hubiese una vida sin
importancia, ninguna sería importante". (13 marzo 1995).
Introducción a la serie sobre “Perdón, la reconciliación y la Justicia Restaurativa” |
Aprender a perdonar |
Verdad y libertad |
El Magisterio Pontificio sobre el Rosario y la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae |
El marco moral y el sentido del amor humano |
¿Qué es la Justicia Restaurativa? |
“Combate, cercanía, misión” (6): «Más grande que tu corazón»: Contrición y reconciliación |
Combate, cercanía, misión (5): «No te soltaré hasta que me bendigas»: la oración contemplativa |
Combate, cercanía, misión (4) «No entristezcáis al Espíritu Santo» La tibieza |
Combate, cercanía, misión (3): Todo es nuestro y todo es de Dios |
Combate, cercanía, misión (2): «Se hace camino al andar» |
Combate, cercanía, misión I: «Elige la Vida» |
La intervención estatal, la regulación económica y el poder de policía II |
La intervención estatal, la regulación económica y el poder de policía I |
El trabajo como quicio de la santificación en medio del mundo. Reflexiones antropológicas |