Almudi.org Un restaurador de libros que encontró su Camino
J. Carlos, uruguayo de pura cepa, llegó a la vida en el
momento en que la selección uruguaya de fútbol se coronaba campeona del mundo.
La vida lo hizo encuadernador y por sus manos pasó el libro "Camino", escrito
por san Josemaría. Para ese hombre de familia atea ya nada sería igual. 25 de
febrero de 2003
Qué puedo decir acerca de mons. Escrivá y del Opus Dei. Es
muy difícil hablar en pocas pal...
Almudi.org Un restaurador de libros que encontró su Camino
J. Carlos, uruguayo de pura cepa, llegó a la vida en el
momento en que la selección uruguaya de fútbol se coronaba campeona del mundo.
La vida lo hizo encuadernador y por sus manos pasó el libro "Camino", escrito
por san Josemaría. Para ese hombre de familia atea ya nada sería igual. 25 de
febrero de 2003
Qué puedo decir acerca de mons. Escrivá y del Opus Dei. Es
muy difícil hablar en pocas palabras de un mensaje sin hacer un poco de
historia. Nací el año de Maracaná, el día de Maracaná y me bautizaron frente a
la Asociación Uruguaya de Fútbol, en la Parroquia del Cordón a la hora del
partido final. Todo orquestado por mi abuela italiana, Dofia Annunziata Molinari
de Fattoruso. Pero en mi casa paterna, a Dios le habían cerrado la puerta.
Criado en un hogar ateo, donde se escribía y se pensaba a
Dios con minúscula y María era simplemente el nombre de varias integrantes de la
familia, crecí, estudié y comencé mi vida laboral. Mi único contacto con la
Iglesia y la religión había sido mi bautismo ya relatado, las Primeras
Comuniones de dos primas y algún casamiento religioso. Formé mi familia en 1972
un 17 de mayo, hoy soy padre de dos hijos y abuelo de dos nietos.
Soy fiel devoto de mons. Escrivá, de su palabra, de su obra,
de su filosofía y de su intercesión en mi vida. En 1986 mi hijo menor contrajo
una enfermedad tan rara como gravemente mortal: polimiositis. Los esfuerzos del
neurólogo y del oncólogo-pediatra no eran suficientes. Mi única esperanza para
él y la familia: la oración. Mi súplica a mons. Escrivá fue oída. Hoy mi hijo
lleva una vida normal con 27 años. Desde ese momento mi respeto se convirtió en
devoción y ya lo consideré un Santo.
Como encuadernador-restaurador de libros, por mis manos han
pasado cientos y miles de volúmenes. Joyas de la literatura, biblias,
catecismos, etc. Por el año 1976 un pequeño librito llamado "Camino" me llamó la
atención. Mientras arreglaba sus deterioradas páginas, iba leyendo
superficialmente sus puntos.
Fanático del trabajo como soy, vi la importancia que se le
daba en el texto a este tema y sobre todo a la necesidad de trabajar con tanta
responsabilidad como alegría. No quiero mentir, pero me sentí identificado y le
encontré razón a muchas sinrazones y ya ese libro pasó a ser parte de mi
biblioteca particular. Lo estudié profundamente.
Cada día abrimos los ojos y enfrentamos al mundo y sus
desafíos... Nuestros deberes a cumplir, nuestra relación con el medio, con la
familia, nuestro cultivo espiritual, nuestras devociones, no son otra cosa que
nuestras respuestas. Si lo hacemos responsablemente y con alegría, con "buena
onda", podemos llegar al fin de cada uno de esos días con una pequeña meta
cumplida. Eso no es poco para cualquier ser humano en su corto paso por la vida
terrenal. Si logramos contagiar ese espíritu que da la fe, habremos cumplido una
tarea. Para eso debemos ser luchadores incansables...
En resumen. Un ateo, fanático del trabajo, conoce la palabra
de monseñor Escrivá, la adopta, la sigue y la pone en práctica. Cuando, en un
momento límite se encomienda desesperadamente, recibe una respuesta que reafirma
materialmente la comunicación entre la fe humana y lo divino. Desde ese entonces
su vida es una lucha permanente: por ser mejor, por ser ejemplo, por
enriquecerse espiritualmente, por perdurar desde su trabajo diario tanto
profesional como humano... para que un día los hijos puedan repetir los versos
que un día escribió un poeta: "Mi padre fue un hombre bueno".
Testimonio publicado en el libro "San Josemaría y los
uruguayos", editado en Montevideo con ocasión del centenario de su nacimiento.
El volumen recoge 65 testimonios de uruguayos, fieles de la Prelatura y amigos,
que cuentan cómo conocieron y cómo viven las enseñanzas del fundador del Opus
Dei
http://www.opusdei.org.pe/art.php?w=33&p=5327