Almudi.org. Nueva ley de reproducción asistida en Italia
(Por: Fernando Pascual, Mujer Nueva, 2003-12-15)
Los debates de bioética muestran lo difícil que es
relacionar ética, medicina y derecho. Un ejemplo estimulante lo podemos
encontrar en Italia.
En esa nación europea se ha discutido durante años sobre la
necesidad de tener una ley que regule la reproducción asistida (quizá sería
mejor llamarla artificial). El año 2002 se aprobó un proyecto de ley que fue
aprobada,...
Almudi.org. Nueva ley de reproducción asistida en Italia
(Por: Fernando Pascual, Mujer Nueva, 2003-12-15)
Los debates de bioética muestran lo difícil que es
relacionar ética, medicina y derecho. Un ejemplo estimulante lo podemos
encontrar en Italia.
En esa nación europea se ha discutido durante años sobre la
necesidad de tener una ley que regule la reproducción asistida (quizá sería
mejor llamarla artificial). El año 2002 se aprobó un proyecto de ley que fue
aprobada, por fin, en el senado italiano el 11 de diciembre de 2003, si bien en
un clima de enormes polémicas que han dividido a políticos, científicos e
intelectuales.
En esta ley se recogen normas claras para garantizar la
defensa del embrión. Por ejemplo: se impide fecundar más embriones de los que
se vayan a transferir a la mujer; se garantiza que sean transferidos todos los
embriones que produzca el laboratorio (no más de tres); se prohíbe la
congelación de embriones "de reserva"; se prohíbe la fecundación
heteróloga (con óvulos o espermatozoides de un donador ajeno a la pareja); se
prohíbe crear o destruir embriones para la experimentación; etc.
No han faltado voces que han subrayado la incoherencia de
esta ley con otras leyes vigentes en Italia, especialmente si se compara con la
ley que legalizó el aborto (en 1978). Imaginemos, por ejemplo, una pareja que
inicia un tratamiento de fecundación in vitro (FIV). Se logra la fecundación
de tres embriones (el número máximo previsto por la nueva ley). Esos embriones
gozan de protección legal, y deben ser transferidos, cuanto antes, en el útero
de la madre. Supongamos que uno de esos tres embriones sobrevive e inicia su
desarrollo fetal. Después de unos análisis, la madre descubre que el hijo no
es perfecto, y decide abortarlo. Puede hacerlo con libertad, incluso con el
dinero del estado, según las reglas establecidas en la ley del aborto...
Aquí la paradoja: ¿no es extraño que el embrión se
encuentre protegido por una ley mientras está en el laboratorio, y luego pueda
ser abortado, gracias a otra ley, si ya se encuentra en el útero de la madre?
La "coherencia" legal debería llevar, según los enemigos de la ley,
a permitir la supresión de embriones creados en laboratorio, puesto que existen
casos "legales" en los que pueden ser eliminados en el seno de sus
madres. Otros, en cambio, empiezan a poner en duda la validez de la ley del
aborto: el embrión debe ser protegido antes (en el laboratorio) y durante su
permanencia en el útero. Sólo que poner en discusión esa ley, para algunos
italianos que se consideran a sí mismos "progresistas" o
"liberales", es algo mucho más grave que poner en duda la unidad de
la patria, como si la ley del aborto fuese algo intocable.
Es verdad que entre las leyes debe haber coherencia. Es
verdad que proteger al embrión cuando se encuentra en el laboratorio pone en
discusión el que se dé permiso para abortarlo cuando se encuentra en el útero
materno. Pero no es verdad que la coherencia entre las leyes debe conseguirse en
contra de la vida de inocentes. El embrión ha de ser protegido siempre, lo
mismo que el niño apenas nacido, el joven o el adulto. En otras palabras,
Italia está llamada a suprimir la ley que permite el aborto, no para lograr
"coherencia legal" con la nueva ley que defiende ahora al embrión
"in vitro", sino porque el embrión o el feto que vive en el seno
materno merece respeto, cariño y protección médica y jurídica.
Por encima de la coherencia legal o de la pretensión de que
existan leyes "intocables" está el deber de respetar a todos.
También a los no nacidos. Quizá por lo mismo deberíamos pensar en que la
misma fecundación in vitro, por los muchos peligros que causa para la vida y
salud de los embriones, debería ser prohibida por la ley, lo cual será posible
si, en un ambiente de serenidad y de estudio sincero, la sociedad descubre los
muchos inconvenientes y males que son inherentes a las distintas técnicas de
fecundación extracorpórea (FIVET e ICSI, principalmente).
Italia acaba de aprobar una ley que busca garantizar el
respeto y la vida de los embriones. Ha mejorado la situación en la que se
encontraba el país (donde los laboratorios podían hacer prácticamente todo lo
era técnicamente posible en el ámbito de la reproducción artificial, sin
ningún límite ético), pero no ha llegado a pedir la prohibición de cualquier
técnica que implique la fecundación extracorpórea de nuevos seres humanos.
Avanzar hacia esa prohibición será una señal de humanidad y de progreso, así
como tener el valor y la audacia de suprimir la ley del aborto que ha permitido
en Italia, desde 1978, la eliminación de más de 4 millones de seres humanos...