Ofrecemos algunas declaraciones de los participantes en el Sínodo de los Obispos que se está celebrando estos días en Roma. Entre otras, incluimos la declaración del Prelado del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría
Cardenal Vinko Poljic, arzobispo de Vrhbosna, Sarajevo, Presidente de la Conferencia Episcopal (Bosnia-Herzegovina)
«Sostengo con todo mi corazón la idea de que "el servicio de los laicos exige capacidades diversificadas que suponen una formación bíblica específica". (...) En este contexto el Documento de Trabajo recuerda que "un medio privilegiado para el encuentro con Dios que nos habla es la catequesis dentro de las familias, con la profundización de algunas páginas bíblicas y la preparación de la liturgia dominical. (...) En los países que salieron recientemente del régimen socialista, la Iglesia tiene necesidad de fieles laicos que vivan intensamente el Evangelio de Cristo en la familia y la sociedad y que vuelvan a participar en la misión de la comunidad eclesiástica. La preparación familiar al Día del Señor podría ser un verdadero kairos para ellos».
Arzobispo Charle Hamhung Bi, S.D.B. de Yangon (Myanmar)
«El mandato evangélico de dar de comer al hambriento y vestir al desnudo se ha impuesto con fuerza tras el reciente paso del terrible ciclón Nargis. Casi 150.000 personas fallecieron y dos millones se convirtieron en prófugos en su país. ( ) Con la ayuda del Señor hemos reanudado la vida en muchas comunidades. Las Iglesias se han convertido en campos de prófugos. En estos campos hemos celebrado una liturgia única: la de anunciar la Palabra por medio de nuestro acompañamiento y de compartir el pan por medio de la asistencia. El mundo se ha convertido en nuestro altar y hemos partido el pan de la fraternidad humana con las multitudes desorientadas. El Evangelio predicado ha sido el alimento dado a los hambrientos, que ha producido la vida y la luz que hemos dado en los cinco últimos meses».
Obispo Miguel Ángel Sebastián Martínez, M.C.C.I., de LAI (Chad)
«Os hablo en nombre de la Conferencia Episcopal de Chad. Este país del centro de África ha sido evangelizado hace unos pocos años. ( ) Los cristianos se reúnen el domingo, pero muchos de ellos solamente para la celebración de la Palabra, porque no tenemos suficientes sacerdotes. En nuestro país vivimos situaciones sociales y políticas muy conflictivas, sobre todo debido a una guerra interminable desde hace más de cuarenta años. Estamos convencidos de que la Palabra de Dios es una palabra de paz, una palabra que anuncia la paz y que invoca la paz, que llama al perdón, a la reconciliación y a la justicia. La escucha y la oración de la Palabra de Dios son esenciales en la vida y en la misión de nuestra Iglesia. Esto es un desafío para nosotros. La Palabra de Dios nos ilumina y nos alienta a comprometernos en la promoción del hombre y de la mujer en Chad».
Obispo Antonio Menegazzo, Administrador apostólico de El Obeid (Sudán)
«En Sudán la mayoría de los catecúmenos no sabe leer ni escribir: por ello, para prepararlos bien al Bautismo, los catequistas deberían ser capaces de explicar la Palabra con carteles, dibujos y con su propia palabra. (...) Tenemos otro gran reto: la Justicia y la Paz, el perdón y la reconciliación, después de veintiún años de guerra civil entre el Norte y el Sur del país, después de tanto odio, injusticias y sufrimientos. (...) No olvidemos además la guerra en el Darfur, donde la situación no parece mejorar. Estamos convencidos de que la solución para un futuro de paz se puede encontrar solamente en la fidelidad a Dios y a su Palabra. (...) Pero ¿qué podemos hacer cuando las distancias son enormes y la inseguridad por las guerras y el bandidaje hace que sea muy difícil y peligroso el contacto de los sacerdotes con los fieles? La escasez de sacerdotes es otro factor negativo. Muchos cristianos pueden recibir la Palabra de Dios y la Eucaristía esporádicamente, o incluso sólo alguna que otra vez al año».
Obispo Javier Echevarría, Prelado del Opus Dei
«En la vida de los santos, el encuentro con la Palabra de Dios por medio de la lectura de la Sagrada Escritura ha producido un cambio radical en la existencia. Tenemos que tratar de tener todos, nosotros, nuestros sacerdotes y los laicos una profunda sed de Jesucristo, viviendo cada escena del Evangelio como un personaje más. (...) Es oportuno que nosotros, pastores, en el sacramento de la Confesión recomendemos con frecuencia a los fieles la lectura del Evangelio, enseñando a participar en lo que se narra allí e invitando a los penitentes a que ofrezcan también ellos este mismo consejo a los colegas, a los familiares, a los amigos. (...) Es necesario hacer lo posible para que todos nosotros, los cristianos, como los santos, tratemos de llevar estos textos a nuestra vida personal cotidiana, para transformarla.(...) Sería conveniente promover iniciativas para difundir entre los fieles esta actitud de oración y de recogimiento interior frente al Evangelio para que incida realmente en nuestra vida cotidiana. Además, creo que es muy oportuno cuidar la lectura bien hecha, es decir, realmente vivida, de los textos de la Misa, no como una declamación, sino con la certeza de que Dios está hablando a ellos y a la comunidad».
Arzobispo Ramzi Garmou, de Teherán de los Caldeos. Administrador patriarcal de Ahwaz de los Caldeos (Irán)
«Toda la Biblia, desde el libro del Génesis hasta el Apocalipsis, nos dice que la fidelidad a la Palabra de Dios conduce a la persecución. El primer perseguido, por excelencia, es el mismo Jesucristo, que vivió la persecución desde los primeros días de su nacimiento hasta su muerte en la Cruz. Según el Evangelio, la persecución se considera el signo más elocuente de la fidelidad a la Palabra de Dios. El crecimiento de la Iglesia y su avance en el camino de la evangelización de los pueblos son fruto de la persecución que ha sufrido en cada lugar y en cada tiempo. Jesús, en el Evangelio, nos habla muy claramente de la persecución (Lc 21, 12-19). Pidamos al Espíritu Santo a fin de que conceda a la Iglesia del tercer milenio, en este Año Paulino, la gracia y la alegría de hacer una experiencia auténtica de la persecución a causa de su fidelidad a la Palabra de Dios».
Obispo Joseph Vo Duc Minh, coadjutor de Nha Trang (Vietnam)
«La Iglesia de Cristo en Vietnam (...) ha recorrido un camino lleno de cruces. A través de los altibajos de su historia, los católicos vietnamitas, como los judíos en el exilio, han entendido que solamente la Palabra de Dios permanece y no engaña jamás. Esta Palabra (...) se ha convertido en la fuente de consuelo y de fuerza que da firmeza a todos los miembros del Pueblo de Dios y, al mismo tiempo, el fulcro que les ayuda a descubrir su futuro. (...) La Palabra de Dios ayuda a descubrir el verdadero rostro de Jesucristo que encarna el amor redentor de Dios a través del misterio de la Cruz. A causa de la dolorosa experiencia vivida por la Iglesia de Cristo en Vietnam, el misterio de la Cruz se siente cerca no solamente de la vida cotidiana, sino que se ha convertido en un elemento esencial que agrupa al Pueblo de Dios».
Obispo Zbigniew Kiernikowski, de Siedlce (Polonia)
«El hombre moderno no familiarizado con la escucha de la Palabra de Dios se queda a menudo como un sordomudo frente a ella. (...) El kerygma es un momento muy importante, pero si no es seguido por una verdadera y propia formación a la escucha de la palabra en la comunidad de fe, existe el riesgo de caer en los diferentes moralismos, o de desembocar en los distintos tipos de fanatismo o de interpretación subjetiva. (...) El Camino Neocatecumenal se basa en el kerygma inicial, al que sigue un serio proceso de iniciación bajo la guía de la Iglesia (obispos, párrocos y catequistas) que se realiza en pequeñas comunidades y con las debidas etapas de la iniciación cristiana. De este modo, el catecumenado obliga a hacer al iniciando un camino, con el que aprende a aplicar la Palabra a la propia vida».
Cardenal George Pell, arzobispo de Sydney (Australia)
«Los obispos están llamados a despejar el camino para que el Espíritu actúe eficazmente cuando la Palabra de Dios se encuentra con las personas y las comunidades. Para ello sugiero: La formación de equipos de jóvenes laicos que den testimonio de Cristo en los grupos juveniles, escuelas, parroquias y universidades; La puesta en marcha de representaciones contemporáneas equivalentes a los "Misterios" medievales para llevar la Palabra de Dios a las personas. Son ejemplo de ello los Via Crucis de la Jornada Mundial de la Juventud en Sydney y Toronto, la Pasión de Oberammergau y la película "La Pasión de Cristo". El desarrollo y la ayuda a las redes de comunicación católica en Internet, como XT3, Cristo para el Tercer Milenio (www.xt3.com), un "facebook" católico que cuenta al menos con 40.000 miembros, presentado en Sydney durante la JMJ. (...) La creación de un Instituto Central para la Traducción de la Biblia para que ésta se traduzca con más rapidez y precisión en las lenguas locales de Asia, África y Oceanía. Sería útil una colecta para financiar las traducciones; Solicitar a la Congregación para la Doctrina de la Fe que elabore una normativa sobre lo irrefragable en las Escrituras».
Cardenal Odilo Pedro Scherer, arzobispo de Sao Paulo (Brasil)
«Los inmigrantes no deben ser considerados simplemente como objeto de preocupación pastoral; también pueden llegar a ser verdaderos misioneros. (...) Creo que el Sínodo podría recomendar especialmente dos cosas: alentar a los emigrantes, o a los que se encuentran de viaje, a llevar consigo la Palabra de Dios e incluso la Sagrada Escritura, conscientes de que llevan una riqueza que no tiene precio y que no está limitada por motivos geográficos o culturales, sino que es un don que hay que vivir en la nueva patria y compartir con el pueblo que los acoge. A quienes reciben a los inmigrantes en sus lugares de destino, se les recomienda que acojan de modo positivo a estos hermanos que vienen de otras naciones y llevan en su equipaje la buena noticia, favoreciendo su inclusión en las comunidades locales y compartiendo sus experiencias de fe y de vida cristiana».
Arzobispo Thomas Menamparampil, de Guwahiti (India)
«¿Cómo hacemos para llevar la Palabra a quienes no van a la iglesia, a quienes nunca han escuchado el Evangelio? (...) Solicito que, donde nosotros no logramos llegar, lo hagamos a través de los otros; que seamos creativos desde el punto de vista pastoral, de manera que, donde no pueden llegar nuestros miembros, puedan llegar nuestras ideas; que desarrollemos las habilidades y estrategias necesarias para persuadir y convencer, no para producir rechazo u oposición. (...) La Palabra de Dios debe ser llevada donde hay situaciones de conflicto, jóvenes armados, contextos de injusticia y pobreza absoluta. No tratemos de conquistar la escucha a través de condenas hipócritas, pretensiones de verdad y presunción de poseer bases morales más altas sino con una solicitud humana visible, un compromiso hacia los que sufren inspirado en el Evangelio, con especial atención hacia las diversas sensibilidades culturales. La Palabra revela su poder en los contextos reales de la vida; desafía a las sociedades injustas; reconcilia, sostiene a los pobres, lleva la paz».
Introducción a la serie sobre “Perdón, la reconciliación y la Justicia Restaurativa” |
San Josemaría, maestro de perdón (1ª parte) |
Aprender a perdonar |
Verdad y libertad |
El Magisterio Pontificio sobre el Rosario y la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae |
El marco moral y el sentido del amor humano |
¿Qué es la Justicia Restaurativa? |
“Combate, cercanía, misión” (6): «Más grande que tu corazón»: Contrición y reconciliación |
Combate, cercanía, misión (5): «No te soltaré hasta que me bendigas»: la oración contemplativa |
Combate, cercanía, misión (4) «No entristezcáis al Espíritu Santo» La tibieza |
Combate, cercanía, misión (3): Todo es nuestro y todo es de Dios |
Combate, cercanía, misión (2): «Se hace camino al andar» |
Combate, cercanía, misión I: «Elige la Vida» |
La intervención estatal, la regulación económica y el poder de policía II |
La intervención estatal, la regulación económica y el poder de policía I |