Francisco presidió ayer la celebración de la Pasión del Señor dedicada a los jóvenes
Comenzó con un gesto penitente del Papa, quien lentamente se tumbó en el suelo de la basílica de San Pedro y allí permaneció en silencio durante algunos minutos.
Los silencios son importantes en esta austera ceremonia en la que la Cruz es el centro y en la que el Papa no hace la homilía. El encargado fue el predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, quien se dirigió especialmente a los jóvenes.
Fuente: romereports.com.