En 1531, la Virgen se apareció al indio Juan Diego en una colina cerca de Ciudad de México. Le pidió que construyera allí mismo un santuario en su honor
La Virgen también dejó una imagen de ella misma en la tilma de este indígena. Desde ese momento, fue Nuestra Señora de Guadalupe.
El padre Eduardo Chavez es quien mejor conoce esta historia. Es el postulador de la causa de San Juan Diego.