Arguments
En una comunicación del V Simposio Internacional "Cristianismo en una cultura postsecular", organizado por el IAE de la Universidad de Navarra, dice Miguel Lluch que el verdadero combate en nuestro mundo "no es ahora entre cristianos y no cristianos, sino entre los que quieren mantener el proyecto ilustrado de una sociedad moral sin Dios y los que (
) ya no quieren seguir soportando normas y medidas de rectitud. Ya nada une a estos dos grupos, salvo su oposición a lo cristiano. Ésta es, en mi opinión, la dramática situación en la que nos encontramos".
Dos grupos: el humanista con límites; y su oponente, el humanista sin límites. Cada día nos encontramos con hombres y mujeres de uno y otro tipo. Se indican algunos matices para perfilar mejor cada grupo. Sigue Lluch:
- Un tipo: "El humanista con límites. Niega a Dios de la realidad que cuenta para la vida, desconfía e incluso descalifica a las personas con convicciones basadas en una religiosidad viva, pero cree en la moralidad, trata de ser buena persona y buen ciudadano, rechaza la violencia, cuida del bienestar y de la salud propia y de la de sus seres queridos. Permite todo lo que no le moleste a él y a sus seres queridos. Pero guarda en todo unos límites, unas normas que no deben abandonarse. Pero el humanista con límites no quiere fundamentar su vida ni sus decisiones en verdades permanentes. No hay Dios que nos haya creado, y si lo hay no nos puede hacer cumplir su voluntad. Su enemigo es el intransigente y le inquieta el que vive convencido de algo. No acepta la indiferencia cínica del relativismo pero carece de un fundamento teórico para contestarlo." ( ) "El cristiano es humanista, tiene límites, pero es cristiano y por eso es humanista y tiene límites y no al revés. Lo que le distingue del humanista con límites es que sí que fundamenta sus decisiones y se pueden conocer sus convicciones".
- Y el otro: " el humanista sin límites. Su argumento principal es: ¿por qué no? Todo puede hacerse, no hay bien ni mal, no hay acciones mejores o peores. Nada nos limita: ni Dios, ni la naturaleza, ni la razón recta".
Dice Miguel Lluch que los primeros responderán a los segundos cosas de este estilo: " 'es terrible esto que reclamáis, pero ¿por qué no vamos a legitimarlo?'. Y así todo puede venir a ser aprobado por ley y convertirse en objeto de ayuda por parte de los estados: el divorcio, la equiparación de las uniones de homosexuales con los matrimonios, la adopción de niños por parejas de homosexuales, la experimentación con embriones humanos, el aborto, el suicidio, la eutanasia, el negocio de las guerras, de la prostitución, de la pornografía en todas sus modalidades, de la droga... quedan todavía cosas de las que los hombres abandonados a sus impulsos individualistas son capaces de hacer y que no creo necesario escribirlas." ( ) "Según la misma lógica de su racionamiento social, antropológico y moral lo único que pueden decir es: 'espera, todavía no, pero no sé por qué no, vamos a pensarlo un poco más'."