Católicos, protestantes y ortodoxos denuncian el retorno de un "laicismo de combate"
El Gobierno francés ultima su decisión definitiva sobre una nueva norma legal encaminada a defender el principio de laicidad frente a la presión comunitarista de carácter religioso e identitario. Los sectores más implicados agotan sus argumentos en favor en contra, con la relevante participación de las iglesias cristianas.
Chirac afirma que el velo islámico en la escuela "tiene algo de agresivo" y que "habrá que hacer respetar el principio laico"
J. R. GONZÁLEZ CABEZAS - 09/12/2003
. CorresponsalParís. – Las máximas autoridades de las tres iglesias cristianas de Francia (católica, protestante y ortodoxa) han hecho llegar a Chirac una carta conjunta en contra de una ley que prohíba la exhibición de todo signo religioso en la escuela y los servicios públicos. La iniciativa se produce en vísperas de que se conozca el dictamen de la comisión de notables formada por el presidente para estudiar la explosiva cuestión. Sus conclusiones orientarán la posición definitiva del jefe del Estado y el camino que tomará el Gobierno.
El pronunciamiento colectivo respalda y amplía la postura adoptada hace un mes por la propia jerarquía católica francesa, que denunció el riesgo de "regresión de la libertad religiosa" ante la fiebre laicista desatada como reacción a la presión del comunitarismo identitario y religioso del islam. Vista la tendencia cada vez más favorable a una ley que ponga coto a la proliferación del velo islámico y otros símbolos y prácticas confesionales en los centros escolares, hospitales y otros servicios públicos, las iglesias cristianas denuncian la resurrección de lo que denominan un "laicismo de combate" y expresan su absoluta "convicción de que las dificultades actuales no se resolverán mediante una ley".
La posición de los representantes de las tres confesiones responde sin duda al temor de que el veto explícito del velo islámico y cualquier signo ostentatorio de confesionalidad en los recintos públicos pueda alentar aún más el integrismo. En su carta conjunta, los tres jefes eclesiásticos defienden el statu quo y sostienen que el "laicismo sosegado" observado por el Estado en los últimos decenios "permitía abordar serenamente las nuevas cuestiones planteadas por la inscripción del islam en la sociedad francesa". Concretamente, citan el Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM), de reciente creación, como "la instancia necesaria para buscar soluciones". El CFCM, controlado mayoritariamente por las corrientes fundamentalistas del islam, tampoco es partidario de la ley aunque por otros motivos, ya que considera el porte del velo como "una prescripción religiosa" y exige el respeto a las libertades de conciencia, religión y expresión.
Las tres iglesias cristianas abogan por profundizar en los mecanismos de mediación para gestionar los conflictos, frente al riesgo de rechazo y exclusión de una ley coercitiva. Asimismo, insisten en reforzar las políticas de integración social, por entender que "donde las reivindicaciones islamistas encuentran más eco son a menudo los guetos que hemos dejado nacer en la periferia de nuestras grandes ciudades". Al margen del impacto en los sectores creyentes de la vasta comunidad musulmana, las iglesias temen que el rebrote del laicismo eche abajo el marco de convivencia en el seno del Estado establecido a partir de la tormentosa ley de 1905 y, en el caso de la Iglesia católica, por los acuerdos de 1923 y 1924 con el Vaticano que le permitieron conservar ciertos privilegios.
La carta de los máximos representantes de las iglesias cristianas coincide, por otra parte, con un espectacular manifiesto lanzado desde la revista "Elle" por centenares de mujeres del mundo de la cultura y el espectáculo en demanda de una ley de defensa del laicismo y la igualdad de sexos, frente a la presión del velo islámico. El propio Jacques Chirac declaró el pasado viernes en Túnez que "la presencia del velo en la enseñanza tiene algo de agresivo" y que "de un modo u otro, deberemos hacer respetar el principio laico". El jefe del Estado también se declaró en contra de la "discriminación positiva" en la Administración, contradiciendo al ministro Sarkozy.
http://www.lavanguardia.es/web/20031209/51148621186.html