ABC 10 septiembre 2003.
La estructura social de la UE está cambiando. Esta afirmación, que se desprende del informe «La situación social de la Unión Europea en 2003», responde al descenso de los matrimonios y un aumento de las familias monoparentales. A lo largo de 2001, la tasa de nupcialidad de los Quince se situó en 5 matrimonios por cada mil habitantes, cuando era de 8 por mil hace apenas 30 años.
El informe también refleja que los matrimonios cada vez se celebran a una edad más tardía tanto para los hombres, que se casan por primera vez a los 30 años, como para las mujeres que hacen lo propio cumplidos los 28. Otro cambio que se observa es el aumento del número de divorcios, que afecta ya a casi un tercio de los matrimonios unidos durante la década de los ochenta, cuando era del 15 por ciento para las uniones de los sesenta. Pero estos datos deben analizarse por países. Mientras que en Dinamarca, Finlandia, Suecia y Reino Unido supera el 40 por ciento, en España, Italia o Grecia apenas alcanza el 15 por ciento.
La reducción de los matrimonios ha ido en paralelo con el aumento, en los últimos 20 años, de las parejas que viven juntas sin contraer matrimonio. Este tipo de uniones se encuentra en el 33 por ciento de los hogares formados por parejas hasta los 30 años y en el 8 por ciento total. Esto repercute en el número de nacimientos fuera del matrimonio, que supera el 28 por ciento.
Salud y economía
Además de hablar sobre la familia, en el informe se destaca que la salud está claramente relacionada con el nivel socioeconómico, por lo que los más favorecidos son aquellas personas con más riqueza, mayor trabajo y alto nivel educativo. En este sentido, el estado de salud medio de los ciudadanos de la UE está mejorando, con tasas de mortalidad que han descendido en todos los grupos de edad, pero especialmente en el infantil, que ha pasado del 23,4 por mil en 1970 a 4,9 por mil hace a penas tres años.
Uno de los factores que contribuye a mejorar la salud es que en la UE existen derechos universales a la asistencia. Además la educación promueve un estilo de vida más saludable, en lo que respecta a nutrición, el ejercicio o el abuso del tabaco, el alcohol y otras drogas. El nivel de estudios y el estilo de vida están relacionados con las visitas al médico. De esta manera aquellos con más estudios acuden a su médico sólo 2,3 veces al año, la mitad que los que carecen de formación.