Los autores afirman que "para el 90 por ciento o más de los pacientes terminales, la eutanasia no es un problema importante al final de sus vidas".
Según un estudio, llevado a cabo entre marzo de 1996 y julio de 1997 y publicado en el último número del Journal of the American Medical Association (JAMA), una proporción significativa de pacientes apoya la eutanasia en casos hipotéticos, pero sólo una pequeña minoría de los enfermos terminales la sopesan para sí mismos.
Tras esta investigación, realizada en seis áreas sanitarias de Estados Unidos escogidas al azar, se afirma que la mitad de los enfermos terminales apoya la eutanasia en teoría, pero casi ninguno la considera en serio como una solución. Además, entre esta minoría, los factores psicológicos –depresión o soledad- son más importantes que el dolor, concluyen los autores.
El equipo dirigido por Ezekiel J. Emanuel, director del Departamento de Bioética del Centro Clínico Warren G. Magnuson, de los National Institutes of Health, en Bethesda, entrevistó a pacientes terminales y a sus familiares para detectar su actitud hacia la eutanasia y los posibles cambios ante esta opción según distintos factores.
Primero se entrevistó a 988 pacientes y 893 familiares o personas cercanas que los cuidaban. Entre dos y seis meses después se hizo otra entrevista a 650 pacientes y a 256 familiares de los que habían fallecido entretanto.
Del conjunto de los enfermos terminales, el 60,2 por ciento apoyaba la eutanasia en una situación hipotética. Aunque sólo el 10,6 por ciento la consideraba una opción para sí mismo, sólo el 5,6 (14 pacientes) lo había comentado con su médico y sólo el 2,5 por ciento (6 pacientes) había acumulado fármacos para esta eventualidad.
De acuerdo con la investigación, "los pacientes que recibían más cariño, tenían 65 o más años, o eran afroamericanos se inclinaban menos por la eutanasia"; en cambio, "quienes presentaban síntomas de depresión, tenían más necesidades no atendidas, o sufrían más dolor mostraban más probabilidades de dar vueltas a esta posibilidad".
Las conclusiones del estudio publicado en el último número del JAMA coinciden con las de otro realizado con oncólogos y publicado este año en Annals of Internal Medicine. Aquel estudio revelaba que, en 4 años, el apoyo de los oncólogos estadounidenses a la eutanasia había caído casi un 70 por ciento: del 23 por ciento en 1994 al 7 por ciento en 1998. En España, la eutanasia ha sido defendida principalmente por catedráticos de Derecho Penal y filósofos del Derecho, frente al rechazo de los médicos clínicos.
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