El Papa entrega al arzobispo en Roma el símbolo de los Encuentros, traído desde Manila
Valencia, 24/03/2003 (AVAN).- El papa Juan Pablo II ha entregado hoy al arzobispo de Valencia, monseñor Agustín García-Gasco, el "Icono de la Sagrada Familia", símbolo de los Encuentros Mundiales de las Familias, al haber sido elegida la archidiócesis valenciana como sede del próximo Encuentro en el año 2006.
Durante el acto, celebrado en el Aula Pablo VI del Vaticano, el Santo Padre ha expresado su agradecimiento "a monseñor Agustín García-Gasco, a sus colaboradores, a las autoridades aquí presentes, a todos los fieles valencianos, por el entusiasmo demostrado desde la designación de Valencia como sede del próximo Encuentro". Asimismo, "animo y bendigo los trabajos e iniciativas que llevan a término para el buen éxito", ha agregado.
De igual manera, el Sumo Pontífice ha exhortado a "que la contemplación de esta imagen a lo largo de estos años preparatorios os sirva de inspiración para seguir trabajando en la defensa y promoción de la institución familiar, tan necesaria para llevar adelante el cometido que Dios le encomendó, y sea gozo y esperanza de la humanidad, escuela de transmisión de los genuinos valores que el hombre necesita y lugar de acogida de la vida"
Tras la entrega del icono traído desde Manila, sede del último Encuentro Mundial de la Familia el pasado mes de enero, por el cardenal Alfonso López-Trujillo, presidente del Pontificio Consejo para la Familia, han saludado al papa Juan Pablo II el presidente de la Generalitat, José Luis Olivas, el delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Juan Cotino, y el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Valencia, Miguel Domínguez, en nombre del consistorio.
La entrega del icono, pintado por el iniciador del Camino Neocatecumenal Kiko Argüello, se ha producido hoy en el Aula Pablo VI del Vaticano, en el transcurso de la audiencia concedida por Juan Pablo II a los peregrinos llegados con motivo de la beatificación ayer de la religiosa valenciana Juana María Condesa, fundadora de la congregación Esclavas de María Inmaculada, y de los otros cuatro beatificados ayer, domingo, por el Papa, Pierre Bonhomme, María Dolores Rodríguez Sopeña, Caridad Brader y Lászlo Batthyány-Strattmann.
Al referirse también en sus palabras a la ya beata valenciana Juana María Condesa, el Papa ha dicho hoy que " su historia tiene un significado particular en nuestro tiempo". Dirigiéndose a las religiosas de la congregación fundada por Condesa en Valencia en 1884, Juan Pablo II les ha dicho que "a vosotras os ha dejado en herencia la gran sabiduría de acercarse a quienes necesitan ayuda material y espiritual, compartiendo su camino y haciendo que éste, por la fuerza de la fraternidad, lleve a Dios y al mundo que El quiere". Juan Pablo II les ha alentado, igualmente, "a seguir dando este tipo de testimonio evangélico junto con quienes de un modo u otro comparten vuestras actividades en España, Italia, Panamá, Chile o Perú".
Por otra parte, el arzobispo de Valencia ha presidido esta mañana en la Basílica Corazón de María una misa de acción de gracias por la beatificación de Juana María Condesa.