Una celebración de fe, de inmensa alegría por el nacimiento de Jesús
La labor educativa de la familia no debe pasar por alto esta fecha para transmitir a los hijos el origen y verdadero significado de la Navidad
La Navidad es una celebración de fe, de inmensa alegría por el nacimiento de Jesús; pero… ¿nuestros hijos saben que éste es el motivo de la Navidad? ¿Saben la razón por la que nos damos regalos o nos reunimos en familia más que de costumbre? Es importante transmitirles a los niños el verdadero sentido de la Navidad y no aquella imagen que el comercio les vende, la cual en ocasiones también convence a los adultos.
Por esta época es frecuente encontrar padres con angustia por no poder regalar a sus hijos lo que ellos piden (tablets, móviles, videojuegos...) pero en realidad estos pedidos están muy lejanos del significado de esta celebración cristiana; por desgracia la Navidad se ha ido materializando.
Si fuera por los mensajes que recibimos de la publicidad, parecería que la Navidad se reduce a una temporada en que se vive la amabilidad e intercambiamos regalos. Y los niños también son víctimas de este bombardeo mediático. Por eso la misión de los padres es orientarles hacia los valores cristianos que representa esta época, a vivir la solidaridad, la humildad, la gratitud, la generosidad, la paz, la reconciliación… virtudes que los harán mucho más apreciables que los obsequios materiales (Ver: Los valores de la Navidad).
Cómo transmitir la fe en Navidad
Lo primero es contextualizar a los hijos en la auténtica festividad. Debemos explicarles que celebramos con enorme alegría el nacimiento de Jesús, quien nació entre nosotros en un humilde establo acompañado de sus padres, la Santísima Virgen y San José, y junto a ellos, los pastores y animales que les brindaron compañía y calor. La elaboración del pesebre o Belén es una magnifica actividad para enseñarles a los hijos esta historia sagrada y el significado especial que cobra cada figura (ver aquí).
Hay que enfatizar que de este hecho es donde germina toda la felicidad característica de esta fiesta, es por ello que nos reunimos en familia para esperar la llegada del Niño Jesús al ser un gran acontecimiento que ansiamos durante todo un año.
A este respecto, el Padre Juan de Dios Larrú aconseja hacer llegar a los niños que “la fe aporta alegría: es muy importante que la fe se celebre. La fe tiene que ver con la fiesta. Un niño debe percibir que la fe está unida al sentido gozoso de la vida. La Navidad es la alegría enorme de que Dios está cerca de nosotros”. Por eso decimos que la Navidad es también una fiesta familiar, fiesta de solidaridad y de fraternidad universal.
De igual forma, el nacimiento de Jesús nos invita a hacernos conscientes de su legado en la tierra, a llevar una vida coherente con su mensaje: amor y paz; pues con su nacimiento también debemos nacer nosotros, cambiamos para ser mejores. Y ello implica vivir los valores en carne propia, como realizar en familia una actividad que así lo ratifique: por ejemplo la generosidad, compartir con niños de menores recursos o con personas necesitadas.
Finalmente, la labor educativa de la familia no debe pasar por alto esta fecha para transmitir a los hijos el origen y verdadero significado de la Navidad, lo que implica ubicarles en el entorno espiritual para vivir la fe. También los padres deberán ayudar a los niños a comprender el nacimiento de Jesús como eje central de la festividad y entender el tema de los regalos como una actividad que acompaña el ritual, la cual debe vivirse con moderación, con la misma humildad con la que el Niño Jesús nació en el pesebre.