películas
El curioso caso de Benjamin Button
The Curious Case of Benjamin Button
Contenidos D (42:20 a 43:24) SX (45:20 a 46:12 imágenes en un burdel; 1:57:00 a 2:00:35) S (1:28:00 a 1:31:00, 2:24:10 a 2:24:20; además varios detalles S breves que no se consignan), F (adulterio, burdel, imágenes de vida desenfrenada 2:03:00 a 2:04:00)
Reseña:
Para ver el informe de Decine21 haced clic aquí
Dirección: David Fincher
Intérpretes: Brad Pitt, Tilda Swinton, Cate Blanchett, Taraji P. Henson, Elle Fanning, Jason Flemyng, Julia Ormond, Elias Koteas.
Argumento: Francis Scott Fitzgerald (relato)
Guión: Eric Roth, Robin Swicord
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Claudio Miranda
Distribuye en Cine: Warner
Duración: 166 min.
Género: Drama, Fantástico, Romántico
El tiempo que se va
Brad Pitt encarna al protagonista del título, Benjamin Button, un hombre que nace con ochenta años y va rejuveneciendo con el tiempo. Desde la Nueva Orleans de finales de la Primera Guerra Mundial hasta el siglo XXI, en un viaje tan inusual como la vida de cualquier hombre, esta película cuenta la gran historia de un hombre no tan ordinario y la gente que va conociendo por el camino, los amores que encuentra y que pierde, las alegrías de la vida y la tristeza de la muerte, y que perduran más allá del tiempo.
Obviamente, la trama es muy original, pero difícil de trasladar a la pantalla. Y lo increíble es que, tanto el guión de la película -donde los intereses de Roth parecen conectar con los de su libreto de Forrest Gump-, como la puesta en imágenes de David Fincher, logran el milagro de que aceptemos un planteamiento que exige suspender la incredulidad.
Ayuda, claro está, el empaque de una producción de Frank Marshall y Kathleen Kennedy, que ya sorprendieron en 2007 apadrinando un título de la calidad de La escafandra y la mariposa. La voz en off funciona y hay un completo acierto en el reparto, con un genial Brad Pitt bien respaldada por actrices como Cate Blanchett y Tilda Swinton.
El discurrir de toda una vida se convierte en una parábola sobre el sentido de la la existencia, una reflexión sobre el paso del tiempo y las cosas a las que merece la pena dedicarlo. Abundan las peripecias en la narración, se tiene la sensación de ser testigo de cómo se van conformando la experiencia de una vida plena, que necesariamente no es perfecta, pero que ha valido la pena.
La idea de cambiar el paso ordinario en la evolución de una relación conyugal sirve para subrayar los pilares sobre los que se sustenta, ese amor que debe ser cultivado, esa prole que es un tesoro increíble, el espíritu de sacrificio, tantas pequeñas cosas que, si se descuidan, pueden conducir a equívocos y suspicacias.
Una mirada más directa a la trascendencia se echa en falta en esta película, que en este terreno prefiere mantenerse en un segundo plano, aunque no se eluda el tema en la naturalidad con que los personajes rezan.
Lástima que lo indicado en contenidos desluzca a una gran película. (Decine21 / Almudí SC-JD)
Reseña:
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Dirección: David Fincher
Intérpretes: Brad Pitt, Tilda Swinton, Cate Blanchett, Taraji P. Henson, Elle Fanning, Jason Flemyng, Julia Ormond, Elias Koteas.
Argumento: Francis Scott Fitzgerald (relato)
Guión: Eric Roth, Robin Swicord
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Claudio Miranda
Distribuye en Cine: Warner
Duración: 166 min.
Género: Drama, Fantástico, Romántico
El tiempo que se va
Brad Pitt encarna al protagonista del título, Benjamin Button, un hombre que nace con ochenta años y va rejuveneciendo con el tiempo. Desde la Nueva Orleans de finales de la Primera Guerra Mundial hasta el siglo XXI, en un viaje tan inusual como la vida de cualquier hombre, esta película cuenta la gran historia de un hombre no tan ordinario y la gente que va conociendo por el camino, los amores que encuentra y que pierde, las alegrías de la vida y la tristeza de la muerte, y que perduran más allá del tiempo.
Obviamente, la trama es muy original, pero difícil de trasladar a la pantalla. Y lo increíble es que, tanto el guión de la película -donde los intereses de Roth parecen conectar con los de su libreto de Forrest Gump-, como la puesta en imágenes de David Fincher, logran el milagro de que aceptemos un planteamiento que exige suspender la incredulidad.
Ayuda, claro está, el empaque de una producción de Frank Marshall y Kathleen Kennedy, que ya sorprendieron en 2007 apadrinando un título de la calidad de La escafandra y la mariposa. La voz en off funciona y hay un completo acierto en el reparto, con un genial Brad Pitt bien respaldada por actrices como Cate Blanchett y Tilda Swinton.
El discurrir de toda una vida se convierte en una parábola sobre el sentido de la la existencia, una reflexión sobre el paso del tiempo y las cosas a las que merece la pena dedicarlo. Abundan las peripecias en la narración, se tiene la sensación de ser testigo de cómo se van conformando la experiencia de una vida plena, que necesariamente no es perfecta, pero que ha valido la pena.
La idea de cambiar el paso ordinario en la evolución de una relación conyugal sirve para subrayar los pilares sobre los que se sustenta, ese amor que debe ser cultivado, esa prole que es un tesoro increíble, el espíritu de sacrificio, tantas pequeñas cosas que, si se descuidan, pueden conducir a equívocos y suspicacias.
Una mirada más directa a la trascendencia se echa en falta en esta película, que en este terreno prefiere mantenerse en un segundo plano, aunque no se eluda el tema en la naturalidad con que los personajes rezan.
Lástima que lo indicado en contenidos desluzca a una gran película. (Decine21 / Almudí SC-JD)
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